Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Durante mi trabajo práctico como especialista en salud mental, me he dado cuenta de que uno de los factores más significativos del bienestar es una visión holística de la vida.
¿Qué quiero decir con «visión de vida holística»? Supongo que es un enfoque integral de la vida que se basa en la interconexión sinérgica de los dominios centrales de la vida de una persona.
Por ejemplo, el conocimiento espiritual podría tener una profunda influencia en el bienestar social, en la forma en que interactuamos con otras personas, y viceversa. El bienestar general consiste en los logros en diferentes sectores – mental, físico, social, etc. – y cómo interactúan entre sí.
La fe bahá’í enfatiza el desarrollo personal integral, tanto material como espiritual. Abdu’l-Bahá, el hijo de Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la fe bahá’í, escribió:
La civilización material sola no es suficiente y no será productiva. La felicidad física de las condiciones materiales fue asignada al animal. Considerad cómo el animal ha alcanzado el más completo grado de felicidad física. Un ave se posa sobre la rama más alta y allí construye su nido con consumada belleza y habilidad. Todos los granos y semillas de la pradera son su riqueza y alimento; toda el agua fresca de los manantiales de la montaña y los ríos de la planicie son para su placer. Verdaderamente, éste es el apogeo de la felicidad material, a la cual ni siquiera una criatura humana puede aspirar. Este es el honor del reino animal. Pero el honor del reino humano es alcanzar la felicidad espiritual en el mundo humano, la adquisición del conocimiento y amor de Dios. El honor asignado al hombre es la adquisición de las supremas virtudes del mundo humano. Esta es la verdadera alegría y felicidad. Pero si la alegría material y la felicidad espiritual se uniesen, esto sería “deleite sobre deleite”.
La fe bahá’í ofrece un enfoque holístico único de la vida. Integra diferentes antecedentes sociales y tradiciones culturales, y ofrece un equilibrio material. La idea central de la fe bahá’í es la unidad. Abdu’l-Bahá escribió que “La unidad es la expresión del amoroso poder de Dios y refleja la realidad de la Divinidad. Está resplandeciente en este día mediante las dádivas de la luz sobre la humanidad”. Él también explicó el concepto de “unidad en diversidad”: “Un huerto lleno de árboles frutales es una delicia; igualmente lo es una plantación de diferentes especies de arbustos. Su encanto reside precisamente en la diversidad y la variedad; cada flor, cada árbol, cada fruto, además de ser hermoso en sí mismo, pone de manifiesto, por contraste, las cualidades de los demás, y muestra la especial belleza de cada uno y de todos ellos. ¡Así debería ser entre los hijos de los seres humanos! La diversidad en la familia humana debería ser causa de amor y armonía”.
Esta idea es una fuente inagotable de bienestar, no solo a nivel de naciones o grupos religiosos, sino también a nivel personal. En cada persona las diversas diferencias culturales, religiosas o sociales se reúnen y hacen que el individuo sea único y precioso. Todas estas diferencias no son contradictorias sino complementarias y sinérgicas.
Encuentro esta idea muy beneficiosa no solo para nuestro bienestar mental sino para nuestro bienestar general porque la unidad con el reconocimiento de la diferencia es una fuente de amor real hacia uno mismo y hacia los demás.
En cuanto al amor, Abdu’l-Bahá escribió lo siguiente:
El Amor es la más grande ley que rige este potente ciclo celestial, el único poder que une los diversos elementos de este mundo material, la suprema fuerza magnética que dirige los movimientos de las esferas en los dominios celestiales. El Amor revela con infalible e ilimitado poder los misterios latentes del universo. El Amor es el espíritu de vida para el ornado cuerpo de la humanidad, el fundador de la verdadera civilización en este mundo mortal y el derramador de imperecedera gloria sobre toda raza y toda nación de altas miras.
De hecho, el amor es una fuente fundamental de curación y una condición necesaria de bienestar. El amor es una energía que activa el potencial humano. El amor está directamente conectado con la visión holística de la vida, que admira la belleza de la diferencia y encuentra la unidad no solo con los demás sino también dentro de cada personalidad humana.
Es un recordatorio para mí de cómo la fe bahá’í corresponde profundamente con el enfoque científico contemporáneo para la salvaguarda, la restauración y el desarrollo del bienestar humano.
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