Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
En esta época de distanciamiento social, siempre es importante recordar que el distanciamiento social no significa distanciamiento emocional.
Las muertes de Covid-19 están aumentando. Una esposa se convirtió en viuda, un hijo nunca pudo despedirse de su padre. Todos somos parte de este sufrimiento, pero también necesitamos seguir adelante. Estamos deprimidos, descorazonados, distraídos y desilusionados, pero aún así debemos superar el día.
Contacta a un amigo, a una persona aislada a la que no has visto en mucho tiempo o a un miembro de la familia. Contacta a un mentor o un profesor que te haya ayudado. Solo levanta tu teléfono y llámalos.
Recuerda, si no puedes salir, entra. Si no puedes salir de tu casa o de tu apartamento, entra dentro de ti mismo a través de la meditación. ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a meditar?
«Al entrar dentro de nosotros mismos y meditar sobre la condición humana. El espíritu humano perdura»
Bahá’u’lláh, el fundador de la Fe bahá’í, nos dijo «medita profundamente para que te sea revelado el secreto de cosas invisibles». Nosotros no somos un ser humano teniendo una experiencia espiritual, somos una entidad espiritual que tiene una experiencia humana. En otras palabras, somos un alma con un cuerpo que tiene una experiencia humana. Los escritos bahá’ís dicen:
Los problemas de este mundo pasan, y lo que dejamos de nosotros es lo que hemos conseguido espiritualmente; esto es, por lo tanto, lo que debemos mirar: ser más espirituales, acercarnos más a Dios, no importa lo que nuestras mentes humanas y cuerpos estén pasando. -Shogui Efendi, Directrices del Guardián.
Deje un momento para la pena y el dolor, pero después, comprenda la inutilidad de ello y vuelva a la cuestión de vivir. Este evento se grabará en nuestra conciencia como un punto de inflexión en nuestras vidas, pero su marca se hará más pequeña y menos importante con el paso del tiempo.
No seamos indiferentes al sufrimiento de los demás; debemos mostrarles compasión y amabilidad y reconocer que volver a la normalidad será difícil, pero no imposible. Puede que piensen que no volverán a reírse, pero lo harán. Debemos recordarles que, en este momento de soledad, realmente no están solos.
¿Cómo podemos hacer esto, cuando no podemos salir? Lo hacemos al entrar dentro de nosotros mismos y meditar sobre la condición humana. El espíritu humano perdura.
Este virus nos unirá o nos separará. Hagamos lo posible para que sea lo primero.
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