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Una vida sencilla: una solución en tiempos de crisis

Badi Shams | Abr 21, 2020

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Badi Shams | Abr 21, 2020

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Los acontecimientos del mundo en estos últimos tiempos vuelven a dirigir nuestra atención a lo que es esencial para nuestra existencia y lo que es solo una distracción innecesaria.

Cuando nos enfrentamos a una situación en la que tenemos que decidir qué es necesario, nos puede sorprender lo simples que son realmente nuestras necesidades. También podríamos escuchar las historias de personas que han enfrentado la muerte o una enfermedad mortal y se han dado cuenta cómo la riqueza y las posesiones materiales pierden sus encantos y, en última instancia, no importan en absoluto.

A lo largo de la historia de la humanidad, tenemos ejemplos de grandes personas como los sufis y los seguidores de otras religiones que practicaron la simplicidad y abogaron por vivir una vida sencilla y evitar las complicaciones que el exceso de materialismo trae consigo. Manifestaciones de Dios como Jesús, Muhammad, Buda, Moisés y Bahá’u’lláh, el profeta fundador de la fe bahá’í, ejemplificaron una forma de vida sencilla.

Sin embargo, también tenemos el ejemplo de otras personas que fueron individuos normales como tú y yo – como Gandhi, que dijo esta célebre frase: «Vive sencillamente para que los demás puedan sencillamente vivir». Ellos nos mostraron cómo se puede vivir de forma sencilla al ponerla en práctica ellos mismos.

La industrialización ha traído consigo la capacidad de tener cosas que las generaciones pasadas no podían ni soñar. Nos ha llevado a acumular cosas que parecían necesarias, cuando, en realidad, podríamos prescindir de ellas fácilmente. Esto nos ha llevado a donde estamos ahora. Una pandemia que de repente nos hace pensar en lo que es esencial y lo que no lo es; y nos muestra cómo podemos funcionar con tan poco. Abdu’l-Bahá, el hijo de Bahá’u’lláh, escribió:

Observad cómo la oscuridad ha ensombrecido el mundo. En cada rincón de la tierra hay lucha, discordia y algún tipo de guerra. La humanidad está sumergida en un mar de materialismo y ocupada con lo asuntos de este mundo. No tiene otro pensamiento más allá de las posesiones terrenales y no manifiesta otro deseo salvo las pasiones de esta efímera existencia mortal. Su mayor intención es el logro de una subsistencia material, comodidad física y diversiones mundanas como las que constituyen la felicidad del mundo animal antes que la del mundo del hombre. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.

El vivir de una forma sencilla trae tranquilidad mental y elimina algunas de las distracciones de nuestro viaje de vida. Muchos estudios indican que la simplicidad reduce en el estrés en la vida y crea un sentido de liberación del peso de las posesiones innecesarias.

Para aquellos de nosotros que preferimos otras formas en lugar del enfoque religioso de renunciar completamente a las posesiones materiales, hay un movimiento llamado «simplicidad voluntaria». Anima a la gente a vivir una vida sencilla mediante la reducción. Este movimiento ha sido descrito como «una forma de vida anti-consumista que se opone a los estilos de vida de alto consumo que prevalecen en las sociedades de consumo de hoy en día y que voluntariamente abraza ’una vida más simple’ de consumo reducido».

La simplicidad voluntaria contrarresta los efectos de la recolección de posesiones y la creencia de que son necesarias para nuestra supervivencia. En realidad, las posesiones a menudo complican nuestras vidas haciéndonos sentir dependientes de ellas. Esta forma de pensar nos ha llevado a olvidar nuestro destino espiritual. Los escritos bahá’ís nos dicen:

Considerad hasta qué límite extraordinario ha sido sojuzgado por el materialismo la espiritualidad de la gente, los sentimientos espirituales parecen haber desaparecido, la civilización divina se vuelve decadente y la guía y el conocimiento de Dios ya no perduran. Todos están sumergidos en un mar de materialismo. – Abdu’l-Bahá, La promulgación a la paz universal.

Cabe señalar que la simplicidad voluntaria no significa vivir en la pobreza, convertirse en un monje ascético o renunciar indiscriminadamente a todas las ventajas de la ciencia y la tecnología. No implica retroceder a un estado primitivo o convertirse en un puritano santurrón. Y no es una moda escapista reservada para santos, hippies o forasteros excéntricos. En cambio, los defensores de la simplicidad voluntaria sugieren que examinemos nuestras relaciones con el dinero, las posesiones materiales, el planeta, nosotros mismos y los demás. La simplicidad voluntaria se trata de descubrir la libertad y la satisfacción que viene con el conocimiento de cuánto consumo es suficiente.

 Este es un tema relevante para todo el mundo, especialmente para aquellos que viven en culturas de consumo que son bombardeadas cada día con miles de mensajes culturales e institucionales insistiendo en que más es siempre mejor. La simplicidad voluntaria es una filosofía de vida que aboga por una posición contracultural basada en las nociones de suficiencia y simplicidad.

La simplicidad voluntaria puede crear una sensación de paz mental y liberarnos para dedicar tiempo a los objetivos que más importan en la vida. Algunos de los beneficios de vivir de esta manera:

Consumo consciente

Vivir una vida más simple no se trata solo de gastar menos, sino también de gastar conscientemente. Eso significa mirar cuidadosamente cada compra y preguntarse si vale la pena el dinero que estás gastando, y las horas dedicadas en ganar ese dinero.

Menos pertenencias

Un efecto secundario de consumir conscientemente es que terminas con menos pertenencias.

Casas más pequeñas

La vivienda es el mayor gasto en el presupuesto de la mayoría de las familias, representando el 26% del gasto total. Así que tiene sentido que las familias que quieren reducir sus gastos, a menudo empiecen por reducir el tamaño de sus casas. Elegir una casa pequeña también puede simplificar la vida de una familia al darle menos espacio que mantener y limpiar, así como menos espacio para acumular más cosas.

Menor uso de energía

Otro beneficio de las casas más pequeñas es que usan menos energía para la calefacción y el aire acondicionado. Al optar por vivir en un lugar más pequeño y reducir el número de aparatos eléctricos, la gente puede reducir su consumo de electricidad hasta el punto de poder abastecer sus casas con paneles solares u otras formas de energía renovable.

Alimentación consciente

Para la mayoría de las personas que practican este estilo de vida, vivir una vida sencilla también significa comer de forma sencilla: comidas caseras hechas con alimentos enteros, sin procesar.

Horas de trabajo más cortas

La simplicidad voluntaria no se trata sólo de gastar menos dinero. El punto principal para la mayoría de las personas que deciden vivir así es que, gastando menos, pueden permitirse trabajar menos. Si nos reconectamos con lo que es vital en nuestras vidas y digno de nuestra atención – y lo que no lo es – podemos simplificar nuestras vidas. Eso, a su vez, podría llevar a vivir una existencia menos complicada basada en sólidos principios personales. Esos principios son los que pueden guiarnos a través de los tiempos de crisis sin sentir ningún tipo de pánico y nos ayudan a mantenernos firmemente enfocados en las cosas que importan para nuestro progreso individual y colectivo, tanto espiritual como material.

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