Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Los bahá’ís acogen el ideal de la educación universal, con una meta que alienta a cada niño a contribuir con sus talentos a la paz, seguridad y bienestar de la humanidad.
La educación obligatoria es para todos – uno de los principios esenciales bahá’ís revelados por Bahá’u’lláh – llamando a todas las sociedades y culturas a ocuparse:
… en la promoción del bienestar y la tranquilidad de los hijos de los hombres. Dedicad vuestra mente y voluntad a la educación de los pueblos y razas de la tierra, para que quizás sean borradas de su faz las disensiones que la dividen, por la fuerza del Más Grande Nombre, y todos los seres humanos se conviertan en sostenedores de un Orden único y habitantes de una sola Ciudad. – Bahá’u’lláh, Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh, página 374
Nunca antes en la historia de la humanidad hemos tenido la habilidad de educar a todos; y el principio de Bahá’u’lláh de la educación universal ha desatado una avalancha de nuevas iniciativas educativas.
Las Naciones Unidas han hecho de la educación primaria universal uno de sus Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015. Los Cuerpos de Paz, la Campaña Global para la Educación y Save The Children, entre muchas otras ONG y organizaciones sin fines de lucro, tienen la meta noble de promover la educación universal. (El fondo de Save The Children se creó en una reunión pública en el Royal Albert Hall de Londres en mayo de 1919, y ‘Abdu’l-Bahá fue un donante fundador)
Siguiendo el ejemplo de ‘Abdu’l-Bahá, múltiples organizaciones caritativas de inspiración bahá’í trabajan ahora en la educación universal alrededor del globo. FUNDAEC (www.fundaec.org) que opera en Centro y Suramérica; Full-Circle Learning (www.fullcirclelearning.org) que educa a maestros en modelos educativos humanitarios y especialmente promueve la educación de las niñas en África, Asia y las Américas; la Fundación Mona (www.monafoundation.org) que financia la educación de mujeres y niñas en diez de los países más pobres del mundo – todos utilizan modelos educativos de inspiración bahá’í.
Estas crecientes iniciativas de inspiración bahá’í basan su trabajo en la necesidad de la educación universal para todas las personas. Las enseñanzas bahá’ís citan este este trabajo como uno de los requerimientos fundamentales para la unidad del mundo, cuando los estándares y la ética del comportamiento humano alcance un enfoque común, y cuando la verdadera educación avance en valores morales y espirituales positivos:
La educación es esencial y todas las normas de instrucción y enseñanza a través del mundo de la humanidad deben ponerse de acuerdo y concordar; debería establecerse un plan universal de estudios y la base de la ética debería ser la misma. – ‘Abdu’l-Bahá, La promulgación de la paz universal, página 190
Los bahá’ís reverencian el conocimiento, exaltan el aprendizaje de las ciencias y las artes y creen que la educación universal solucionaría muchos de los más reacios, violentos e insistentes problemas sociales. Esta creencia básica en la belleza de la educación universal tiene un lugar principal en el panteón de los principios bahá’ís. De hecho, la obligación de educar a los niños para atender las necesidades de la sociedad refleja el ejemplo de los profetas a través de las épocas.
Los bahá’ís creen que los Fundadores de las grandes religiones del mundo – los Profetas, Mensajeros y Manifestaciones que nos dieron nuestras religiones – constituyen la facultad de un sistema de educación humana:
¿Por qué Dios ha enviado a los Profetas? Es axiomático que los Profetas son los educadores de los hombres y los maestros de la raza humana. Vienen para conferir educación universal a la humanidad, para darle instrucción, para sacar la raza humana del abismo de la desesperación y la desolación y permitirle al hombre alcanzar el apogeo del progreso y la gloria. La gente está en la oscuridad; los Profetas los llevan al reino de la luz. Se hallan en un estado de extrema imperfección; los Profetas les brindan perfecciones. El propósito de la misión profética no es otro que la educación y guía de la gente. – ‘Abdu’l-Bahá, La promulgación de la paz universal, página 388.
En esta nueva Dispensación Bahá’í, se ha producido una enorme efusión de conocimiento divino. “La educación y de la gente” ha empezado nuevamente, renacida y revitalizada por ese desborde de conocimiento revelador.
Sabed que a la vista de Dios la mejor de todas las maneras de adorarle es educando a los niños e instruyéndolos en todas las perfecciones de la humanidad; y no puede imaginarse una acción más noble que ésta. – ‘Abdu’l-Bahá, Selección de los escritos de ‘Abdu’l-Bahá, página 189.
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