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Religión

3 Formas de enfrentar a un religioso totalitarista

David Langness | Jul 14, 2017

PARTE 1 IN SERIES Pluralismo religioso

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David Langness | Jul 14, 2017

PARTE 1 IN SERIES Pluralismo religioso

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Pregunta: ¿Qué es lo contrario de un religioso pluralista? Respuesta: un religioso totalitarista—el que cree que sólo su religión puede tender la razón.

Eboo Patel, el joven musulmán chiita que fundó la organización Interfaith Youth Core de Chicago, define al religioso totalitarista como la persona que cree que “Sólo una interpretación de una religión es la forma legítima de ser, creer y pertenecer en la tierra. Todos los demás deben ser intimidados, convertidos, condenados o asesinados”.

¿Alguna vez conoció a un religioso totalitarista? En ese caso, ha de haber percibido a la persona como fundamentalista o fanática religiosa, como alguien con una definición muy estrecha de lo que es creer y pertenecer.

Lamentablemente, el mundo tiene muchos religiosos totalitaristas. Ninguna religión tiene control absoluto del fanatismo virulento. Los nacionalistas hindúes, los rabinos xenofóbicos, los predicadores de la identidad cristiana, los extremistas musulmanes todos usan la violencia, coerción e incitación al odio para avanzar sus agendas fundamentalistas.

Afortunadamente, estos religiosos totalitaristas sólo conforman una pequeña fracción de las personas de fe. Los totalitaristas salen en las noticias, pero la mayoría de creyentes de todas las grandes religiones no. Parece que la amabilidad, el amor y la aceptación de las creencias de otros no son de interés noticioso—pero, tal vez esto nos debe tranquilizar. Al fin y al cabo, los medios, por naturaleza, generalmente cubren lo que está fuera de lo normal, lo inusual. Los periodistas suelen citar una vieja definición de lo que comprende una noticia: perro muerde a hombre—no es noticia. Suele pasar. Hombre muerde a perro—¡eso sí que es noticia!

Cuando vemos una noticia de religiosos totalitaristas, entonces, podemos tomar consuelo sabiendo que las noticias se concentran en las anormalidades extrañas que realizan los fundamentalistas y fanáticos; por tanto, el 99% de creyentes pacíficos quedan en marcado contraste.

Al enfrentar a un fanático, ¿Qué hay que hacer? Las recomendaciones de las enseñanzas bahá’ís son buenas —primero, nos piden que nosotros mismos desechemos todo prejuicio:

Una de las formas de prejuicio que aflige a la humanidad es el fanatismo o intolerancia religiosa. Cuando este odio arde en los corazones humanos, se convierte en la causa de las revoluciones, la destrucción, el envilecimiento de la raza humana y la privación de la merced de Dios. – ‘Abdu’l-Bahá, La promulgación de la paz universal, página 329.

Segundo, las enseñanzas bahá’ís no solo condenan toda forma de fanatismo, lo prohíben:

En materia de religión se prohíbe estrictamente toda forma de fanatismo, odio, disensión y contienda. – Bahá’u’lláh, El tabernáculo de la unidad, p. 39.

El tercero y más importante, Bahá’u’lláh aconseja que cualquiera que se encuentre con un religioso totalitarista no busque una contienda con esa persona:

No es permisible contender con nadie, ni es aceptable a los ojos de Dios maltratar ni oprimir a ninguna alma … «¡Oh vosotros, hijos de los hombres! El propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y a Su Religión es proteger los intereses de la raza humana, promover su unidad, y estimular el espíritu de amor y fraternidad entre los hombres. No dejéis que se convierta en fuente de disensión y discordia, de odio y enemistad». – Ídem., p. 25-26.

Bahá’u’lláh, además de motivar el amor y la unidad, agrega sugerencias específicas en cuanto a fundamentalistas y fanáticos:

Incumbe a quien exponga la Palabra de Dios ofrecerla con la mejor voluntad, bondad y compasión … Sin embargo, si un alma no acepta la verdad, de modo alguno es permitido contender con ella. … “Os hemos creado para mostrar amor y fidelidad, no animosidad y odio”. – Ídem., p. 26.

Para los bahá’ís, esa admonición simplemente significa que toda contienda desde el enojo y discusión violenta a causa de la religión, no produce nada más que lo contrario de la religión:

En resumen, ¡Oh creyentes en Dios! El texto del Libro Divino es éste: Si dos almas pelean y disputan sobre un punto de las Divinas cuestiones, difiriendo y disputando, ambas están equivocadas. La sabiduría de esta incontrovertible ley de Dios es ésta: Que entre dos almas de los creyentes de Dios no surja ninguna contienda ni disputa; ellos deben hablar los unos con los otros con amistad y Amor infinitos. – ‘Abdu’l-Bahá, Tablas del plan divino, p. 25.

Las enseñanzas bahá’ís piden que todos, de toda religión, elijan fines nobles, mostrar un espíritu de amabilidad hacia todas las personas, y cuando la amarga contienda sobre religión aparezca, dejar sola a esa persona:

Los vientos de la verdadera Primavera soplan sobre vosotros; adornaos con los pimpollos, como árboles en el jardín perfumado. Las nubes de la Primavera fluyen cual arroyo; así pues, reverdeceos y cobrad vigor, como los eternos campos perfumados. Destella ya el Astro de la aurora, poned los pies en el verdadero Sendero. El Océano del Poder empieza a erguirse, apresuraos a las playas de la fortuna y noble intención. El Agua pura de la vida brota, ¿por qué desperdiciar vuestros días en el desierto de la sed? Apuntad alto, escoged nobles fines. ¿Cuánto tiempo perdurará esta letargia, hasta cuándo esta negligencia? La desesperación, tanto aquí como en el más allá, es todo cuanto habéis de ganar como fruto de la disipación; la abominación y la miseria son todo lo que cosecharéis del fanatismo o de vuestra creencia en los necios e insensatos. – ‘Abdu’l-Bahá, El Secreto de la civilización divina, pág. 59.

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