Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
La oración es el estado más dulce del mundo. A través de la oración, conversamos y estamos en comunión con el Arquitecto del Universo, nuestro Creador, que nos conoce mejor que nosotros mismos.
Recitar y meditar en los versos de Dios puede refrescar, inspirar y sanar tu cuerpo, mente y alma. Ya sea que estés experimentando tristeza, crisis o calamidades, estas poderosas oraciones bahá’ís para pedir ayuda a Dios pueden elevar, guiar y asistirte cuando lo necesites.
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1. Una breve oración para pedir ayuda a Dios durante las dificultades
Esta breve, pero poderosa, oración es probablemente una de las más conocidas y recitadas por los bahá’ís de todo el mundo. El Báb, el precursor y heraldo de Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la Fe bahá’í, reveló esta oración para que pidiéramos ayuda a Dios en momentos de dificultad:
¿Hay quien nos libre de las dificultades salvo Dios? Di: ¡Alabado sea Dios! ¡Él es Dios! ¡Todos son Sus siervos y todos se atienen a Su mandato!
2. Una breve oración para pedir ayuda y orientación
Independientemente de los problemas a los que nos enfrentemos, esta breve y poderosa oración pide a Dios ayuda, guía e inspiración. Bahá’u’lláh escribió:
Con respecto a sus asuntos, que repita diecinueve veces:
’Tú me ves, oh mi Dios, desprendido de todo salvo de Ti y aferrado solo a Ti. Guíame, pues, en todos mis asuntos hacia lo que me beneficia por la gloria de Tu Causa y la elevación de la posición de Tus amados’.
Que reflexione entonces sobre el asunto y emprenda lo que venga a su mente. Esta vehemente oposición de los enemigos dará, en efecto, paso a la suprema prosperidad. [Traducción provisional de Oriana Vento]
3. Una oración para pedir ayuda y asistencia
Esta ha sido siempre una de mis oraciones bahá’ís favoritas de ayuda y asistencia. Bahá’u’lláh ilustró de forma hermosa nuestro viaje hacia la cercanía de Dios a través de estas sagradas palabras:
¡Oh Tú, Cuyo rostro es el objeto de mi adoración, Cuya belleza es mi santuario, Cuya morada es mi objetivo, Cuya alabanza es mi esperanza, Cuya providencia es mi compañera, Cuyo amor es la causa de mi existencia, Cuya mención es mi consuelo, cuya proximidad es mi deseo, Cuya presencia es mi mayor anhelo y mi máxima aspiración! Te suplico que no me niegues aquello que Tú ordenaste para los elegidos entre Tus siervos. Provéeme, pues, con el bien de este mundo y del venidero.
En verdad, Tú eres el Rey de todos los seres. No hay Dios sino Tú, Quien siempre perdona, el Más Generoso.
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4. Una oración pidiendo a Dios que ayude a los gobiernos justos
Abdu’l-Bahá, el hijo de Bahá’u’lláh y el intérprete autorizado de los escritos bahá’ís, reveló esta oración, pidiendo a Dios que ayude a todo gobierno justo que proteja a los pobres y débiles:
¡Oh mi Dios! ¡Oh Tú que dotas a todo poder justo y dominio ecuánime con gloria perdurable y poder sempiterno, con permanencia y estabilidad, con constancia y honor! Ayuda mediante Tu gracia celestial a todo gobierno que trate a sus súbditos con justicia, y a toda autoridad soberana, derivada de Ti, que resguarde a los pobres y a los débiles bajo el estandarte de su protección.
Te suplico, por Tu divina gracia y abundante munificencia, que ayudes a este gobierno justo, el dosel de cuya autoridad se extiende sobre vastos e imponentes territorios y las evidencias de cuya justicia son perceptibles en estas regiones prósperas y florecientes. Ayuda, oh mi Dios, a sus huestes, alza sus insignias, confiere influencia a sus palabras y declaraciones, protege sus territorios, acrecienta su honor, amplía su fama, revela sus signos y despliega su estandarte mediante Tu fuerza que todo lo sojuzga y Tu poder resplandeciente en el reino de la creación.
Tú, ciertamente, ayudas a quienquiera que desees, y Tú eres, verdaderamente, el Todopoderoso, el Omnipotente.
5. Una oración para pedir ayuda en el cumplimiento de nuestras esperanzas
En esta oración que Abdu’l-Bahá reveló, pedimos la gracia y las bendiciones divinas, implorando a Dios que nos ayude a lograr lo que deseamos:
¡Oh Dios! Concede Tu favor y Tu bendición. Otorga Tu gracia y una porción de Tu generosidad. Permite a estas almas atestiguar este año el cumplimiento de sus esperanzas.
Haz descender Tu lluvia celestial con copiosa abundancia. Tú eres el Poderoso, el Fuerte.
6. Una oración para pedir ayuda en el servicio a la humanidad
Bahá’u’lláh reveló esta oración para ayudarnos a ser firmes en nuestra fe y en el servicio a la humanidad:
¡Oh mi Dios! ¡Oh mi Dios! Atestiguo que este es Tu Día, que ha sido mencionado en Tus Libros, Tus Epístolas, Tus Salmos y Tus Tablas. En él has puesto de manifiesto lo que estaba oculto en Tu Conocimiento y guardado en los depósitos de Tu protección infalible. Te suplico, oh Señor del mundo, por Tu Más Grande Nombre, por el cual fueron sacudidas las extremidades de las gentes, que ayudes a Tus siervos y a Tus siervas a que se vuelvan constantes en Tu Causa y a que se dispongan a servirte.
En verdad, Tú eres poderoso para hacer todo cuanto sea Tu voluntad, y en Tu puño están las riendas de todas las cosas. Tú proteges a quien deseas mediante Tu Poder y Dominio, y Tú eres, verdaderamente, el Todopoderoso, Quien todo lo domina, el Más Poderoso.
7. Una oración para pedir ayuda por fortaleza y unidad
En esta oración, Abdu’l-Bahá suplica a Dios que nos fortalezca, nos una y nos «conduzca al manantial de la Vida»:
Oh, divina Providencia, somos dignos de lástima, concédenos tu socorro; desamparados, danos tu cobijo; errantes, únenos; extraviados, reúnenos en tu redil; desprovistos, concédenos una parte y una porción; sedientos, condúcenos al manantial de la Vida; frágiles, fortalécenos para que nos levantemos a servir a tu Causa y nos ofrezcamos como un sacrificio vivo en el camino de la guía. [Traducción provisional de Oriana Vento]
Como escribió Abdu’l-Bahá:
¡Oh, tú que vuelves tu rostro hacia Dios! Cierra tus ojos a todo lo demás y ábrelos al reino del Todoglorioso. Pide lo que deseas sólo a Él; busca lo que necesitas sólo de Él.
Con una mirada Él concede cien mil esperanzas, con una mirada Él cura cien mil enfermedades incurables, con un movimiento de cabeza Él pone bálsamo en cada herida, con una mirada Él libera los corazones de los grilletes del dolor. Él hace lo que hace, ¿y qué recurso tenemos nosotros? Él lleva a cabo su voluntad, ordena lo que Le place. Entonces es mejor que bajes la cabeza en señal de sumisión y pongas tu confianza en el Señor Todo Misericordioso. [Traducción provisional de Oriana Vento]
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