¿Pueden las religiones del mundo abandonar las pretensiones de exclusividad y finalidad?
La creación de sociedades inclusivas requiere un profundo cambio de mentalidad, declaró la Comunidad Internacional Bahá’í (BIC) en un discurso inaugural en la reciente Cumbre Mundial sobre Religión, Paz y Seguridad celebrada del 23 al 25 de noviembre en el Palacio de las Naciones en Ginebra.
Con el apoyo de la Unión Europea y el Gobierno de España, el evento fue organizado conjuntamente por la Oficina de las Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio y la Responsabilidad de Proteger, así como por la Asociación Internacional para la Defensa de la Libertad Religiosa. Se centró en el papel y la importancia de la libertad religiosa en la prevención del extremismo violento y los crímenes de atrocidad y exploró la relación entre ellos.
Los participantes incluyeron el Asesor Especial de la ONU para la Prevención del Genocidio, Adama Dieng; Asesor Principal de Cultura del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Azza Karam; Embajador en General de Alianza de Civilizaciones, Ministerio de Relaciones Exteriores y Cooperación de España, Belén Alfaro Hernández; Y el Enviado Especial de la Unión Europea para la Promoción de la Libertad de Religión o Creencia fuera de la UE, Jan Figel, entre otros.
Dirigiéndose al foro, Diane Ala’i, representante de la Comunidad Internacional Bahá’í ante las Naciones Unidas en Ginebra, habló sobre el papel crítico que desempeña el liderazgo religioso en cultivar mentalidades inclusivas y tolerantes. «Construir sociedades pacíficas y salvaguardar la libertad de religión y creencias depende del abandono de las reivindicaciones de exclusividad y finalidad por los líderes religiosos», dijo.
La Sra. Ala’i también discutió la importancia de cultivar la unidad entre diversas poblaciones. «Vivir lado a lado no es suficiente», explicó. «Las personas de diferentes credos deben aprender a vivir juntas».
«Estamos descubriendo que el servicio colectivo al bien común es un factor poderoso para disipar los malentendidos entre las personas».
Y otro tanto, ¿hay obra alguna en este mundo que sea más noble que el servicio al bien común? ¿Hay mayor bendición concebible para el hombre que el hecho de convertir-se en el promotor de la educación, el desarrollo, la prosperidad y el honor de sus prójimos? ¡No, por el Señor Dios! La mayor rectitud de todas consiste en que las almas benditas tomen de la mano a los indefensos y los liberen de su ignorancia, degradación y pobreza, y con pureza de intención, y sólo por amor a Dios, se alcen y consagren con celo al servicio de las masas, olvidando su propio y mundano provecho y trabajando sólo para servir al bien general. – ‘Abdu’l-Bahá, El secreto de la civilización divina, página 100.
Basándose en el ejemplo de la respuesta de la comunidad bahá’í en Irán a la persecución patrocinada por el Estado, ella explicó: «La comunidad ha sido capaz de contribuir al cambio de corazones y mentes en el país a través de la resistencia constructiva que ha demostrado frente a décadas de opresión, trabajando hombro a hombro con sus conciudadanos para el mejoramiento de la sociedad iraní.”
«En su enfoque constructivo del cambio social, ha sido testigo de un creciente nivel de apoyo de sus compañeros iraníes dentro y fuera del país en los últimos años».
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