Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Los bahá’ís celebran el Naw-Rúz, que significa día de año nuevo, el primer día de la primavera en el hemisferio norte, el equinoccio vernal.
El 21 de marzo del 2018, 175 años después del comienzo de la fe Bahá’í, los bahá’ís en todo el mundo darán la bienvenida, con mucha alegría, al Naw-Rúz como la celebración anual de una primavera física y espiritual.
En el equinoccio, es decir el momento en que el sol brilla igualmente en todas las partes de la Tierra, los bahá’ís sonreirán y se abrazarán cálidamente, reuniéndose para comer y reír juntos. (Y también tiene importancia la comida, porque el ayuno bahá’í anual de 19 días llega a su fin el día anterior a Naw-Rúz).
Los bahá’ís se preparan anualmente para la llegada del nuevo año practicando el desapego del mundo material. El ayuno bahá’í simbólicamente limpia los detritos del pasado, de la misma manera que las tormentas de invierno lavan las hojas muertas del año pasado para prepararse para la primavera. Con esta limpieza interna, al abstenerse de comer y beber del amanecer al atardecer todos los días, el ayuno bahá’í tiene un poderoso impacto en aquellos que lo practican, vaciando sus estómagos mientras llenan sus almas:
Bienaventurados sois, pues habéis seguido la Ley de Dios y os habéis dispuesto a observar el ayuno durante estos benditos días, porque este ayuno físico es símbolo del ayuno espiritual. Este ayuno conduce a limpiar el alma de todos los deseos egoístas, a adquirir atributos espirituales, a ser atraído por las brisas del Todomisericordioso y a encenderse con el fuego del amor divino. – ‘Abdu’l-Bahá, Selección de los Escritos de ’Abdu’l-Bahá, página 99
Pero para los bahá’ís, el Naw-Rúz no es sólo representa el fin del ayuno y una justificación para festejar; sino que que es un recordatorio de la unicidad de todos los mensajeros de Dios, y de ese equinoccio espiritual que cada uno trajo a la humanidad. ‘Abdu’l-Bahá explica que Naw-Rúz representa «el Día de Dios», el momento en que un ocurre re-despertar del espíritu y la luz de una nueva revelación brilla igualmente sobre la totalidad de la creación de Dios:
Pronto el mundo entero, como en la primavera, cambiará su atuendo. Ya pasó la mutación y caída de las hojas de otoño; la desnudez del invierno terminó. Ha aparecido el año nuevo y la primavera espiritual se acerca. La negra tierra se está convirtiendo en un verde jardín; los desiertos y montañas están cuajados de flores rojas; de los límites de la tierra virgen las hierbas crecidas se yerguen como avanzada ante los cipreses y árboles de jazmín; mientras los pájaros cantan entre las ramas de los rosales como los ángeles en el más elevado cielo, anunciando las buenas nuevas del acercamiento de esa primavera espiritual, y la música melodiosa de sus voces está haciendo que la verdadera esencia de todas las cosas se mueva y estremezca. – ’Abdu’l-Bahá, Tablets of ’Abdu’l-Bahá Abbas, vol. II, págs. 318-319.
Si usted desea reunirse con algunas almas felices este 21 de marzo, está invitado a unirse a cualquier comunidad local bahá’í para marcar el advenimiento del nuevo año, compartir una comida y celebrar la alegría de la renovación de todas las cosas.
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