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Espiritualidad

Cómo descubrí la promesa del espíritu humano en la oración

Keng-Liang Huang | Sep 10, 2023

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Keng-Liang Huang | Sep 10, 2023

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Llevo siete años estudiando las enseñanzas bahá’ís, tratando de vivir una vida espiritual cada día, y me ha sucedido algo extraordinario: mi conciencia y perspicacia se han fortalecido gradualmente.

Poco a poco, empecé a ver cómo el Creador respondía a mis oraciones y cómo se producían confirmaciones en mi vida diaria.

En los últimos años, he descubierto que las oraciones bahá’ís reveladas por Bahá’u’lláh no sólo nos instruyen sobre cómo orar de la manera más eficaz, sino que también nos dicen qué tipo de corazón debemos cultivar para recibir respuestas a esas oraciones en todo tipo de circunstancias diferentes. Cuando me esfuerzo por ajustar tanto mi mente como mi corazón tal y como me piden las oraciones, empiezo a ver que suceden cosas en mí que me conducen al cambio, potenciando la fuerza que necesito en la vida.

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De esta experiencia he aprendido que alinear nuestros corazones a la oración realmente funciona, recompensando abundantemente el esfuerzo que hacemos cuando oramos.

Cuando comencé a estudiar los escritos bahá’ís y las oraciones bahá’ís, sólo buscaba comprender las palabras. Pronto aprendí, sin embargo, que la forma más fácil de recibir guía y entender las palabras de Dios es en el acto de servicio a los demás, porque es más aceptable ante Dios cuando queremos manifestar la verdad a través de la acción. Las acciones desinteresadas atraen recompensas espirituales, de modo que cuando servimos a la humanidad seremos guiados. En las enseñanzas bahá’ís, ésta es la promesa de Dios. Abdu’l-Bahá, en su libro El Secreto de la Civilización Divina, escribió:

Se nos han conferido sentidos y facultades para dedicarlos al servicio y bien general, de modo que nosotros, que nos distinguimos sobre las demás formas de vida por la percepción y la razón, breguemos en todo tiempo y en todos los campos, sea la ocasión grande o menuda, ordinaria o extraordinaria, hasta que la humanidad toda se haya reunido a salvo dentro de la fortaleza inexpugnable del conocimiento.

Quería experimentar la respuesta de Dios a mis oraciones, así que empecé leyendo la oración e intentando poner en práctica lo que transmitía según mi propio entendimiento. Cuando mi corazón se ajustó a la dirección sugerida por la oración, empecé a experimentar las promesas de amor y guía que contenía. En mis oraciones pedía cualidades espirituales, y cuando ajusté mi corazón al estado de oración, vi su cumplimiento.

Orar no significa que no hagamos nada excepto sentarnos y leer, sino que debemos esforzarnos al máximo para ajustar nuestro corazón a aquello hacia lo que nos guía la oración. ¿Por qué necesitamos acciones y esfuerzo después de la oración? Porque las acciones prácticas pueden ayudarnos a ver el grado en que nuestro corazón se ha ajustado y el efecto de ese grado. Por ejemplo, los distintos grados de disposición se manifiestan en el esfuerzo que ponemos en nuestras acciones, y el resultado es diferente. Por lo tanto, la oración debe ir acompañada de la acción, y también veremos la promesa de Dios en la realización de nuestra acción.

Si quieres saber más, y ganar perspicacia para percibir mejor la promesa de las oraciones bahá’ís, la respuesta está al alcance de todos, como Bahá’u’lláh escribió en Las Palabras Ocultas:

¡OH HIJO DE MI SIERVA! Bebe de la lengua del misericordioso el torrente de misterio divino y contempla desde el amanecer de la expresión divina el esplendor manifiesto del sol de la sabiduría. Siembra las semillas de Mi sabiduría divina en la tierra pura del corazón y riégalas con las aguas de la certeza, para que los jacintos del conocimiento y sabiduría broten verdes y frescos desde la sagrada ciudad del corazón.

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Bahá’u’lláh también reveló esta hermosa y mística oración que me encanta, la cual anima a todos a escuchar la voz del Creador y así desprenderse de este mundo material, trascender nuestra mera existencia física y escuchar las enseñanzas espirituales de su nueva Fe:

La mística y maravillosa Novia que estaba oculta bajo el velo de la prolación, ahora, por la gracia de Dios y Su divino favor, se ha hecho manifiesta como la resplandeciente luz que vierte la belleza del Amado. ¡Oh amigos!, atestiguo que el favor es completo, el argumento se ha cumplido, la prueba es manifiesta, y la evidencia se ha establecido. Ahora que se vea lo que revelarán vuestros esfuerzos en el sendero del desprendimiento. Así el favor divino ha sido plenamente otorgado a vosotros y a quienes están el cielo y en la tierra. Toda alabanza sea para Dios, Señor de los Mundos.

Espero que tu camino de oración y meditación te permita acceder a los grandes dones a los que yo he accedido a través del mío.

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