Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
En cualquier relación cercana o duradera, es inevitable que surjan roces, independientemente de cuáles sean nuestras intenciones. Por eso, es importante aprender a disculparse de una manera significativa y eficaz para que nuestras amistades puedan fortalecerse y sanar.
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En su libro, «Sorry, Sorry, Sorry: The Case for Good Apologies (Lo siento, lo siento, lo siento: el argumento a favor de las buenas disculpas)», las coautoras Marjorie Ingall y Susan McCarthy investigaron las mejores maneras de pedir perdón a alguien. Identificaron los siguientes seis pasos para una disculpa eficaz:
1. Di: «Lo siento».
En una charla en Nueva York en 1912, Abdu’l-Bahá, una de las figuras centrales de la Fe Bahá’í, nos dijo que “¡Cuidado! ¡Cuidado! No sea que ofendáis algún corazón”, pidiéndonos que seamos “la fuente de consuelo para todo entristecido”.
Decir «lo siento» o «discúlpame» puede parecer obvio, pero no siempre ocurre. A veces, las personas pueden intentar expresar su arrepentimiento sin reconocer explícitamente que cometieron una ofensa y dejar claro que su comportamiento fue inaceptable.
Del mismo modo, evita utilizar calificativos en tus disculpas como «lo siento si…» o «lo siento, pero…», que evitan asumir cualquier responsabilidad, cuestionan si realmente se han herido los sentimientos y culpan a la víctima por sentirse herida. Muchos sabemos lo irritante que es que alguien diga: «Lo siento si te ofendí» o, peor aún, «Lamento que te lo hayas tomado así». Está claro que alguien se siente herido si tienes que pedirle disculpas. Cuando las disculpas están tan a la defensiva, es como si no las hubieras dado. Como dijo Abdu’l-Bahá:
Debes empezar a orar y arrepentirte de todo lo que has hecho mal y debes implorar y pedir ayuda y asistencia para que puedas llegar a ser mejor que ayer y así seguir progresando. [Traducción provisional de Oriana Vento].
2. Explica específicamente de qué te estás disculpando
Evita utilizar un lenguaje pasivo y vago que no admita ningún error. Di específicamente por qué te disculpas para que la persona sepa que la has escuchado y que sus sentimientos importan.
3. Asume el daño que has causado
Asume la responsabilidad del daño que has causado y demuestra a tu amigo que entiendes por qué lo que hiciste estuvo mal. Más allá de las disculpas, asumir la responsabilidad de nuestros actos es una práctica que debemos realizar a diario para nuestro desarrollo espiritual. Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la Fe Bahá’í, nos instruyó al respecto:
Pídete cuentas a ti mismo cada día, antes de que seas llamado a rendirlas; pues la muerte te llegará sin aviso y serás llamado a dar cuenta de tus actos.
4. Evita poner excusas
Recuerda que el impacto de tus acciones importa más que tus intenciones. Puedes explicar cuál fue tu intención y cómo cometiste el error sin necesidad de justificarlo. De hecho, lo mejor que puedes decir es: «No hay excusa para mi comportamiento».
Sé que disculparse requiere vulnerabilidad y eso puede resultar incómodo. Ayuda tener en mente que sanar el corazón de alguien es más importante que proteger tu ego.
5. Explica por qué no volverás a cometer el mismo error
Asegúrele a la persona que la ofensa no volverá a ocurrir. Expresa tu remordimiento y di qué medidas vas a tomar para mejorar, de modo que puedan volver a confiar en ti.
6. Haz compensaciones
Bahá’u’lláh escribió:
Levántate y compensa lo que se te ha escapado.
Intenta reparar el daño que has hecho. Por ejemplo, si dañaste las posesiones o la propiedad de alguien, arréglalo o reemplázalo. Si has herido sus sentimientos, piensa en cómo puedes compensarle y prométele que intentarás ser más sensible a sus sentimientos en el futuro.
«Estos seis pasos son válidos para adultos, niños, empresas, instituciones y gobiernos», dijo la autora Marjorie Ingall en una entrevista con NPR. «Y el número seis y medio es ’escuchar’. La gente quiere ser escuchada, y no pases por encima de ella. Deja que la persona a la que has herido dé su opinión».
En última instancia, ofrecer una disculpa eficaz va más allá de decir «lo siento». Requiere que expresemos remordimiento, asumamos la responsabilidad por el daño que hemos causado y reparemos el daño. Siguiendo estos pasos, podemos reconstruir la confianza, fomentar relaciones más sólidas y crear una cultura de empatía y responsabilidad. Recuerda que el valor de una disculpa significativa reside en su sinceridad y en la voluntad de escuchar y cambiar, una habilidad vital que puede conducir a la curación y el crecimiento de todos los implicados.
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