Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
¿Cuál es la pregunta fundamental de la filosofía? La mayoría de los filósofos la definen como la relación entre la materia y la mente, especialmente en lo que se refiere a esta cuestión: ¿Cuál de ellas es primordial?
Al referirse directamente a este tema, las enseñanzas bahá’ís dan prioridad a la mente y al espíritu humano. Abdu’l-Bahá, afirmó en su libro Contestaciones a algunas preguntas:
En cuanto a la mente, es la facultad del espíritu humano. El espíritu es como la lámpara, y la mente, como la luz que esta irradia. El espíritu es como el árbol, y la mente, como el fruto. La mente es la perfección del espíritu y un atributo necesario del mismo, así como los rayos del Sol son un requisito esencial del propio Sol.
Los filósofos que ignoran el espíritu son materialistas –aquellos cuyas creencias incluyen sólo las realidades materiales que nuestros sentidos pueden percibir. Los otros – incluyendo a Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes todos creían en un Creador, Abdu’l-Bahá los describió como ’filósofos divinos’.
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Según estos filósofos posteriores, la materia y la mente no son pares dicotómicos opuestos, sino que constituyen una dualidad complementaria, funcionando ambas como diferentes aspectos de la realidad.
Para ilustrar esta relación, Abdu’l-Bahá utilizó ejemplos de la lámpara y la luz, así como de un espejo pulido, para ilustrar la relación del cuerpo material con el espíritu humano, conocido como la mente. Un rayo de luz se refleja como el espíritu, lo que permite al cuerpo, al alma y a la mente cumplir la función de reflexión.
La mente se sitúa en la interfaz de los componentes materiales y espirituales de todos los sistemas humanos.
Por lo tanto, utilizando sus poderes externos e internos, la mente trae la realidad material exterior de su experiencia vivida dentro de ti en un formato inmaterial – utilizando los poderes del intelecto del pensamiento, la memoria y la reflexión. Esto incluye todas tus opciones y elecciones potenciales actuales para tomar decisiones y emprender acciones. La mente puede influir e influirá consciente o inconscientemente en las acciones que elijas tomar en tu vida material diaria, basándose en los contenidos de tu mente y espíritu.
Por lo tanto, el viaje personal hacia el futuro que tú mismo elijas depende en gran medida de factores como los entornos materiales e inmateriales de tu educación. Esto incluye la compañía humana que tengas, así como tu educación, formación, crianza, etcétera. En última instancia, su mente es el principal agente orientador que da forma a toda su realidad material y espiritual vivida.
Algunas de las enseñanzas básicas bahá’ís abordan la tarea práctica de entrenar, nutrir y cuidar nuestras mentes.
Por supuesto, una mente sana necesita un cuerpo sano. Por lo tanto, es necesario cuidar la salud física y corporal para que la mente funcione como es debido. Las ingestas tóxicas que comprometen la salud física o mental dañarán la mente, a veces irreparablemente. Para los bahá’ís, por lo tanto, el uso de sustancias que alteran la mente y crean adicción está prohibido. Abdu’l-Bahá escribió La Tabla de la Pureza para señalar esos peligros:
Lo primero en la forma de vida de un ser humano debe ser la pureza, luego la frescura, la limpieza y la independencia de espíritu. Primero debe limpiarse el lecho del arroyo, para que luego las dulces aguas del río sean conducidas a él. … en todos los aspectos de la vida, la pureza y la santidad, la limpieza y el refinamiento, exaltan la condición humana y fomentan el desarrollo de la realidad interior del hombre. – [Traducción provisional de Oriana Vento]
El consejo que Abdu’l-Baha ofreció a la humanidad en La Tabla de la Pureza –evitar todas las cosas impuras que tienen el potencial de dañar la mente y el espíritu– se aplica a toda sustancia adictiva:
¡Oh vosotros, amados de Dios! La experiencia ha demostrado en qué medida la renuncia al tabaco, a las bebidas embriagantes y al opio conduce a la salud y al vigor, a la expansión y agudeza de la mente y a la fortaleza corporal. [Traducción Provisional de Oriana Vento]
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Abdu’l-Bahá también advierte contra las muy variadas y diversas influencias dañinas sobre la mente que pueden abundar en muchos entornos sociales, económicos, políticos, culturales y otros. Todos tenemos que sortearlas inevitablemente a lo largo de nuestra vida, lo que incluye evitar mentir, chismorrear, traicionar, criticar y buscar culpables. Las enseñanzas bahá’ís también nos piden que evitemos pensamientos, palabras y acciones que puedan causar desunión y división.
En el lado positivo de la limpieza y la pureza, la práctica de disciplinas espirituales internas y externas ayuda enormemente al bienestar de la mente. Éstas incluyen orar, meditar, ayunar, leer regularmente los escritos sagrados, estudiar la Palabra de Dios y reflexionar sobre ella. Pasar revisión de nuestras propias acciones al final de cada día ayuda a crear y reforzar buenos hábitos. La moderación en todas las cosas es la palabra clave para vivir una vida positiva con una mente sana.
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