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Cómo navegar a través de conversaciones controversiales con amigos y familiares

Makeena Rivers | Oct 28, 2020

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Makeena Rivers | Oct 28, 2020

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¿Cómo podemos discutir temas controversiales más efectivamente sin dañar amistades valiosas? ¿Cómo podemos mejorar colectivamente al momento de tener estas conversaciones?

En las últimas semanas, he tenido una conversación tras otra en la que terminé discutiendo temas difíciles – la importancia de confiar en las mujeres negras, los efectos del patriarcado en nuestra realidad, y cómo el hecho de vigilar a la gente de identidades oprimidas es otra forma de controlarlas – con personas que no estaban de acuerdo conmigo. A menudo salía de estas conversaciones con un fuerte dolor de cabeza.

Pero me he dado cuenta de que, aunque no siempre soy la persona responsable de esas conversaciones, por muy difíciles que parezcan, hay que tenerlas para que el pensamiento de la gente progrese. No podemos avanzar mucho por nuestra cuenta si no avanzamos todos. Todos estamos intrínsecamente interconectados, así que mientras el sufrimiento, la injusticia y la ignorancia persistan, todos nos sentiremos afectados.

Confiar en las ciencias sociales

Una barrera común a la que me enfrento es la desconfianza y la falta de familiaridad que mucha gente tiene con las ciencias sociales. Regularmente me encuentro compartiendo hechos sobre los que los científicos que investigan la raza, el género y las diferentes desigualdades, tienen evidencia empírica, pero me siento frustrada cuando otros prefieren las opiniones desinformadas a los datos.

Esto no quiere decir que todos tengamos que familiarizarnos con cada disciplina de las ciencias sociales antes de entablar conversaciones significativas. Eso sería poco realista y probablemente improductivo. Tampoco es decir que algunos de los frutos de las ciencias sociales no sean sesgados o defectuosos en sí mismos, pero muchas personas optan por ocultar su ignorancia en lugar de tener conversaciones sobre líneas de pensamiento científicas que podrían ser capaces de aclarar las cosas. 

Las enseñanzas bahá’ís elevan tanto el conocimiento científico como el espiritual al mismo nivel cuando se trata de entender el mundo que nos rodea: «El conocimiento científico es el más alto logro en el plano humano, pues la ciencia es la que describe las realidades. Es de dos clases: material y espiritual. La ciencia material es la investigación de los fenómenos naturales; la ciencia divina descubre las realidades espirituales. El mundo de la humanidad debe obtener ambas. El ave posee dos alas; no puede volar con una».

Una forma en que la gente puede navegar y participar activamente en las conversaciones es a través de hacer preguntas y ser receptivos al aprendizaje. Si alguien informado comparte su perspectiva, aunque sea incómoda, considerar -aunque sea escépticamente- los frutos de la ciencia puede ser muy útil para comprender las realidades del mundo.

Una actitud de aprendizaje

Una mentalidad abierta nos permite considerar los frutos de la ciencia sin aceptarlos ingenuamente. La ciencia está en constante evolución, al igual que nuestra realidad social, y por lo tanto también tenemos que considerar los sentimientos y experiencias que los esfuerzos científicos formales no representan con precisión. Por ejemplo, la ciencia social puede proporcionar cierto nivel de claridad. Aun así, no es un antídoto para el estrés que muchas mujeres negras enfrentan cuando tienen estas conversaciones, y el financiamiento de los estudios científicos se ha enfocado históricamente en la investigación que beneficia a los ricos y a los blancos.

‘Abdu’l-Bahá, el hijo del profeta y fundador de la fe bahá’í, Bahá’u’lláh, ofreció orientación sobre cómo abordar estas difíciles conversaciones. Explicó que todos debían, al expresar sus opiniones, hablar entre sí con «máxima devoción, cortesía, dignidad, cuidado y moderación». También explicó cómo podemos reaccionar cuando los demás no están de acuerdo con nuestra postura: “Si alguien se le opusiere, no deberá de ninguna manera sentirse ofendido, pues no puede revelarse el camino recto antes de que los asuntos hayan sido plenamente discutidos”.

Esto puede ser difícil, pero ‘Abdu’l-Bahá dijo que, sin importar las circunstancias, siempre debemos tratar de «ved a todos los hombres como amigos, pues difícilmente se origina amor y unidad cuando fijáis la mirada en la otredad». Cuando miramos a los demás, debemos «ver en qué destacan, no en qué fallan». Cuando adoptamos una postura sincera de aprendizaje cuando hablamos con los demás y entendemos sus experiencias, eliminamos estas barreras a la unidad.

A medida que la gente adopta una actitud de curiosidad y aprendizaje, sospecho que muchos de nosotros navegaremos menos conversaciones difíciles e inquietantes.

Conciencia de sí mismo y el saber cuándo alejarse

Cuando estoy hablando de raza, género, o alguna otra área en la que soy parte de la identidad oprimida, tengo que tratar de practicar una conciencia especial de mis necesidades y sentimientos. También me he dado cuenta de que tengo que aprovechar mis necesidades. Tengo que encontrar formas de responder a lo que mi cuerpo me dice cuando estoy en estas conversaciones, ya sea un dolor de cabeza, náuseas, ira o ganas de llorar. A veces tengo que apartarme, escribir mis pensamientos, o acercarme a amigos y familiares que me escuchan y entienden mi punto de vista.

Los escritos bahá’ís nos animan a cuidar nuestra salud. Esto incluye navegar por los factores de estrés que pueden ser tóxicos para nuestro bienestar y que se interponen en el camino de contribuir a la mejora del mundo que nos rodea. «Si Ud. cuida mejor su salud y recupera sus reservas, ciertamente sería mejor para Ud. y para su trabajo. De ese modo, su corazón sensible y deseoso, aunque todavía puede sufrir constantemente con y por otros, podrá resistir mejor sus pruebas, y Ud. no estará tan exhausto…».

También hay situaciones en las que puede no ser oportuno o útil tratar de explicar tu perspectiva. Bahá’u’lláh escribió: «No todo lo que sabe un hombre se puede expresar, ni todo lo que él pueda expresar ha de considerarse oportuno, ni tampoco puede toda expresión oportuna estimarse adecuada para la capacidad de los que la oyen».

Con esto en mente, me doy la flexibilidad de confiar en lo que mi cuerpo y mi mente necesitan. A veces esto es decir mi verdad abiertamente y honestamente, y otras veces es sentarse y escuchar – o simplemente alejarse de una conversación por el bien de mis nervios y la paz de mi mente.

Trato de practicar el cuidado cuando decido retirarme de una conversación. No me permito salir de conversaciones en las que me identifico con el grupo normalizado o privilegiado sólo porque algo sea incómodo o difícil de hablar. Cuando la conversación se orienta hacia la defensa de temas directamente relacionados con mi identidad, tengo cuidado de ser protectora. Obligarme a participar en conversaciones en las que se me está provocando es una pendiente resbalosa, por lo que elijo sabiamente cuando comparto esa parte de mí.

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Comentarios

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  • Badi Villar
    Abr 8, 2021
    -
    Lo que se presenta como evidencia empírica en los estudios sociales no siempre es evidencia. Hay veces la evidencia es irrefutable, pero con demasiada frecuencia lo que se muestra al público, son realmente datos estadísticos provistos por estudios incompletos, mal llevados, o manipulados por una agenda ideológica. Hay que tener cuidado con eso. El principio bahá'í de libre investigación de la verdad exige que seamos cautos y críticos con todo lo que se nos presenta como cierto, máximo si proviene de ideologías subversivas.
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