Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Pregunta: ¿Qué dicen las enseñanzas bahá’ís sobre el propósito por el cual estamos aquí sobre la tierra?
Bahá’u’lláh escribe claramente que el propósito de la existencia de la humanidad es conocer y amar a Dios, cultivar las virtudes humanas y llevar adelante una civilización en continuo progreso. En uno de mis pasajes favoritos Bahá’u’lláh escribe:
Habiendo creado el mundo y todo lo que en él vive y se mueve, Él, por la acción directa de Su libre y soberana Voluntad, optó por conferirle al hombre la singular distinción y capacidad de conocerle y amarle; una capacidad que debe necesariamente ser considerada el impulso generador y el objetivo primordial que sostiene la creación entera (…) Sobre la más íntima realidad de cada cosa creada, Él ha derramado la luz de uno de Sus nombres, y la ha convertido en un receptor de la gloria de uno de Sus atributos. Sobre la realidad del hombre, sin embargo, Él ha concentrado el esplendor de todos Sus nombres y atributos y ha hecho de ésta un espejo de su propio Ser. De todas las cosas creadas sólo el hombre ha sido distinguido con tan grande favor y tan perdurable generosidad. – Selecciones de los Escritos de Bahá’u’lláh, páginas 78-79.
Dios envía a la humanidad Sus Manifestaciones (Krishna, Cristo, Buda, Bahá’u’lláh, etc.) para ayudarla con todas estas metas importantes de la vida. Dado que amamos a Dios y a la humanidad, deseamos aprender virtudes; dado que aprendemos virtudes podemos ayudar mejor a la creación de una civilización pacífica, unida y verdaderamente humana. El propósito de la religión va de la mano con estos objetivos espirituales. Bahá’u’lláh escribió:
El propósito del único Dios verdadero, exaltada sea Su gloria, al revelarse a los hombres, es exponer a la luz las gemas que se hallan ocultas en la mina de su ser íntimo y verdadero. Forma parte de la esencia de la Fe de Dios y Su Religión en este Día que no deberá permitirse nunca que las diversas confesiones de la tierra y los múltiples sistemas de creencias religiosas fomenten la animosidad entre los hombres. Estos principios y leyes, estos sistemas poderosos y firmemente establecidos, han procedido de una sola Fuente y son los rayos de una sola Luz. Que difieran unos de otros debe atribuirse a los requisitos variables de las edades en que fueron promulgados. – Selecciones de los Escritos de Bahá’u’lláh, páginas 323-324.
El resto del pasaje se interpreta como un enunciado bahá’í de propósito:
¡Oh pueblo de Bahá! Aprestad vuestros esfuerzos para que quizás sea aquietado el tumulto de lucha y disensión religiosas que agita a los pueblos de la tierra, y sea completamente borrada toda huella de él. Por el amor a Dios y a quienes Le sirven, levantaos para ayudar a esta muy sublime y trascendental Revelación. El fanatismo y odio religiosos son un fuego que devora el mundo, cuya violencia nadie puede extinguir. Sólo la Mano del Poder Divino puede librar a la humanidad de esta aflicción desoladora (…)
La expresión de Dios es una lámpara, cuya luz son estas palabras: Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama. Trataos unos a otros con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo. ¡Aquel que es el Sol de la Verdad es Mi testigo! Tan potente es la luz de la unidad que puede iluminar toda la tierra. – Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh, página 324.
Me parece que, para los bahá’ís, este pasaje lo dice todo.
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