Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Si toda la historia humana hubiese sucedido en un día como hoy, el concepto de los Derechos Humanos hubiese aparecido hace dos minutos.
Los eruditos han determinado que ningún idioma en la tierra ni siquiera contenía una palabra o frase para el concepto de Derechos Humanos antes del año 1400. En 1789, las primeras naciones en adoptar definiciones formales de Derechos Humanos – Estados Unidos con su Declaración de Derechos y Francia con su Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano – limitaron esos derechos a los varones blancos dueños de propiedades. El primer documento verdaderamente igualitario de Derechos Humanos surgió de las Naciones Unidas en 1948: La Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ahora, la base de derecho internacional, la DUDH, se ha convertido, en sus 65 años de existencia, en el documento más traducido en la historia del mundo.
Pero casi un siglo antes de que la ONU desarrollara y promulgara la DUDH, la Fe Bahá’í se convirtió en la primera religión en hacer un llamado por los Derechos Humanos universales. Bahá’u’lláh enseñó que todos los países deben reconocer los derechos comunes de la ciudadanía global de todos sus pueblos: “La Tierra es un solo país, y la humanidad sus ciudadanos.” ‘Abdu’l-Bahá, hablando en Europa y Norteamérica en 1911 y 1912, reforzó el concepto bahá’í de los derechos humanos universales:
Bahá’u’lláh enseñó que debe ser reconocida y adoptada una norma equitativa de derechos humanos. En la estima de Dios todos los hombres son iguales; no existe distinción o preferencia por ninguna alma en el dominio de su justicia y equidad. – La Promulgación de la paz universal, página 190
Esta promoción temprana y radical alzó una verdadera voz global bahá’í para garantizar los derechos para todos los seres humanos. En Sus discursos, alocuciones y escritos, ‘Abdu’l-Bahá señaló en repetidas ocasiones, lo absurdo de los prejuicios nacionales, raciales y de género, que concedían derechos a algunos, pero los negaban a otros:
… el mundo de la humanidad es una sola raza, que la superficie de la tierra es un solo lugar de residencia y que las barreras raciales imaginarias y las fronteras políticas no son justas y carecen de fundamento. El hombre se degrada al volverse cautivo de sus propias ilusiones y suposiciones. La tierra es una sola, y la rodea la misma atmósfera. Dios no ha hecho diferencias o preferencias para sus habitantes humanos; pero el hombre ha echado las bases de prejuicio, el odio y la discordia con sus congéneres al considerar las nacionalidades separadas en importancia, y las razas, diferentes en derechos y privilegios. – La Promulgación de la paz universal, página 236
Debido al fuerte énfasis bahá’í en los Derechos Humanos, las instituciones elegidas de la Fe Bahá’í han hecho de los Derechos Humanos una alta prioridad. La Comunidad Internacional Bahá’í trabaja de la mano con las Naciones Unidas para extender la protección de los Derechos Humanos a todos, incluidos aquellos en extrema pobreza, prisioneros de conciencia, mujeres y niños, los discapacitados y los que pertenecen a minorías nacionales, étnicas, religiosas o lingüísticas. En el 2010 la Casa Universal de Justicia, el cuerpo electo democráticamente por los bahá’ís del mundo, emitió esta declaración sobre los derechos de los homosexuales:
… a los bahá’ís se les prescribe que eliminen de sus vidas cualquier forma de prejuicio y que manifiesten respeto hacia todos. Por tanto, el mirar a los que tienen una orientación homosexual con prejuicio o desdén iría en contra del espíritu de la Fe. Por otra parte, al bahá’í se le exhorta a que sea “un sostenedor y defensor de las víctimas de la opresión” y sería totalmente adecuado que un creyente saliera a la defensa de personas a las que se les deniega o viola sus derechos fundamentales.
Los bahá’ís, especialmente los de Irán y Egipto, han sufrido terrible opresión y la negación de sus derechos humanos más fundamentales desde los primeros días de la existencia de la Fe. Debido a las enseñanzas bahá’ís progresistas sobre las cuestiones relacionadas con los Derechos Humanos y la unidad esencial de todas las religiones, varios gobiernos han negado a los bahá’ís sus derechos a la educación, al empleo, la vivienda y el entierro inclusive. El gobierno de Irán ha encarcelado, torturado y ejecutado bahá’ís solamente a causa de sus creencias. Cientos de bahá’ís – incluyendo mujeres, niños y ancianos – languidecen ahora en brutales prisiones iraníes sin ningún otro crimen que el de ser bahá’ís.
Muchos de los gobiernos en el mundo, incluyendo las Naciones Unidas, repetidamente han condenado estas violaciones descaradas de los derechos humanos básicos, estos crímenes en contra de la humanidad. Hasta que el mundo entero adopte la visión bahá’í sobre los derechos humanos para todos, sin embargo, la opresión, persecución y negación de los derechos fundamentales continuará – no sólo para los bahá’ís, sino que para muchos pueblos oprimidos.
En última instancia, los bahá’ís creen que el arco de los derechos humanos universales se inclinará inevitablemente hacia la justicia:
El mal continúa existiendo en el mundo debido a que las personas tan sólo hablan de sus ideales, pero no hacen lo necesario por llevarlos a la práctica. Si las acciones tomaran el lugar de las palabras, muy pronto la miseria del mundo desaparecería para transformarse en prosperidad… Es mi esperanza que vosotros siempre tratéis de abolir la tiranía y la opresión; que trabajéis sin cesar hasta que la justicia reine en cada región… – ‘Abdu’l-Bahá, La sabiduría de ‘Abdu’l-Bahá, página 20.
Comentarios
Inicia sesión o Crea una Cuenta
Continuar con Googleo