Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Ha comenzado el ayuno bahá’í de 19 días, así que vamos a examinar lo que este implica, y ver si tal vez usted desee ayunar junto con los bahá’ís alrededor del mundo.
El ayuno bahá’í se realiza anualmente durante los 19 días del último mes bahá’í del año, el mes que precede al Año Nuevo bahá’í, llamado Naw-Rúz. Para los bahá’ís el día de Año Nuevo ocurre en el equinoccio de primavera, el primer día de la primavera en el hemisferio norte.
El ayuno bahá’í es realmente muy simple: durante ese mes bahá’í, cada año, los bahá’ís de todo el mundo se abstienen de comer y beber durante las horas del día.
Llamado «ayuno intermitente» por los nutricionistas, el ayuno bahá’í definitivamente tiene beneficios físicos, pero los bahá’ís participan en esta práctica de ayuno por razones principalmente espirituales:
…porque este ayuno físico es símbolo del ayuno espiritual. Este ayuno conduce a limpiar el alma de todos los deseos egoístas, a adquirir atributos espirituales, a ser atraído por las brisas del Todomisericordioso y a encenderse con el fuego del amor divino. – Abdu’l-Bahá, Selecciones de los escritos de Abdu’l-Bahá, pág. 99.
La mayoría de las religiones prescriben un período de ayuno y desapego del mundo físico y material; los bahá’ís han ayunado de esta manera desde los comienzos de la Fe a mediados del siglo XIX. El ayuno bahá’í simboliza el desapego del mundo físico, desarrolla la empatía por los pobres y hambrientos, y engendra el desarrollo y el crecimiento del alma.
¿Por qué ayunan los bahá’ís?
Cada vez más, la ciencia demuestra los beneficios físicos del ayuno, lo que explica por qué los grupos de personas que ayunan regularmente -budistas, mormones, bahá’ís- tienden a vivir más tiempo y de forma más saludable. Pero las enseñanzas bahá’ís hacen énfasis en los beneficios espirituales del ayuno, por lo que los bahá’ís no ayunan principalmente por razones dietéticas o relacionadas con la salud, sino que ayunan por los beneficios espirituales.
Para los bahá’ís, el período anual de ayuno reserva un mes entero de 19 días bahá’ís para la meditación y la oración, para la reflexión y el crecimiento. En esta oración, Bahá’u’lláh escribió que el ayuno representa un período de recuperación espiritual, para refrescar y revigorizar el alma, para la iluminación del corazón:
Este es, oh mi Dios, el primero de los días en los que has ordenado a Tus amados observar el ayuno. Yo Te pido por Ti mismo y por quien haya ayunado por amor a Ti y a Tu complacencia -y no por egoísmo ni deseo, ni por temor de Tu ira- y por Tus muy excelentes nombres y augustos atributos, que purifiques a Tus siervos del amor a nadie salvo a Ti y que los atraigas hacia el Punto de Amanecer de las luces de Tu semblante y la Sede del trono de Tu unicidad. Ilumina sus corazones, oh mi Dios, con la luz de Tu conocimiento y alumbra sus rostros con los rayos del Sol que brilla en el horizonte de Tu Voluntad. Potente eres para hacer lo que Te place. No hay otro Dios sino Tú, el Todoglorioso, Cuya ayuda todos los hombres imploran.
Mucha gente alrededor del mundo se une a los millones de bahá’ís en su ayuno anual por estas razones espirituales. Si desea probarlo, simplemente absténgase de comer y beber mientras el sol esté el cielo del 1 al 19 de marzo de este año. Puedes dedicar el tiempo que normalmente usarías para preparar y comer tu comida del mediodía para nutrir y refrescar tu alma con la reflexión interna, la meditación y la oración.
El ayuno bahá’í permite a los que participan en él pensar en todo el año y preguntarse «¿cómo puedo iluminar mi corazón y mi alma?, ¿cómo puedo purificar mis pensamientos?, ¿qué puedo hacer en este año que viene para mejorar mi vida y la de los demás?, ¿cómo puedo servir a la humanidad?».
Tal vez las respuestas a esas preguntas permitan que su espíritu se haga más amoroso:
Éstos son los días del ayuno. Bienaventurado quien mediante el calor generado por el ayuno aumenta su amor, y quien, alegre y radiante, se levanta a realizar acciones dignas. Verdaderamente, Él guía a quien le place al camino recto. – La importancia de la oración obligatoria y el ayuno.
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