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Vida

El materialismo: ¿qué ventaja hay en los bienes terrenales que posees?

John Dahnad | Jun 12, 2021

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John Dahnad | Jun 12, 2021

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Dondequiera que mire en nuestra sociedad, veo la búsqueda constante e insaciable de bienes materiales y riqueza material: una obsesión por, como dicen algunos, «el todopoderoso dólar».

Si miras a tu alrededor, también lo verás. Nuestras sociedades están hipercentradas en los aspectos materiales de la vida. Cuando conduzco por la calle, veo todo tipo de carteles comerciales y vallas publicitarias. A cada minuto en la televisión, me bombardean con una plétora de anuncios que utilizan todo tipo de estratagemas psicológicas para motivarme a comprar algo. Al pensar en un lugar al que mudarse, la gente que conozco siempre pregunta: «¿Cuál es el potencial de inversión de las propiedades en esa zona?». En resumen, nos estamos ahogando en un mar de materialismo y comercialismo. Mucha gente tiene un objetivo principal en la vida: hacerse rico. Todo lo demás se margina y se deja languidecer.

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Las enseñanzas bahá’ís abordan este problema social directamente, y con gran claridad:

Todos los Profetas han venido para promover las dádivas divinas, para fundar la civilización espiritual y enseñar los principios de la moralidad. Por tanto, debemos esforzarnos por todos los medios para que las influencias espirituales puedan ganar la victoria. Pues las fuerzas materiales han atacado a la humanidad. El mundo de la humanidad se halla sumergido en un mar de materialismo. Los rayos del Sol de la Realidad se ven opacados y oscurecidos por vidrios turbios. El poder penetrante de la misericordia divina no está totalmente manifiesto.

En un plano más personal, cuando mi mujer y yo vivíamos en la zona de Dallas, mi suegra, que estaba muy enferma, vivía con nosotros. Al final, el cáncer la abrumó y falleció en nuestra casa. Su marido, que había fallecido dos décadas antes, la había cubierto bien. Era una mujer relativamente rica. Cuando sacaron su cuerpo de nuestra casa a las tres de la mañana, no pude evitar pensar: «Tenía tanta riqueza, pero no pudo llevarse ni un céntimo».

Esta verdad eterna sobre nuestras vidas parece habérsenos escapado. Abdu’l-Bahá, el hijo del profeta y fundador de la fe bahá’í, Bahá’u’lláh, escribió:

… considerad qué naturaleza vil se revela en el hombre que, a pesar de los favores que Dios ha derramado sobre él, se rebaja a sí mismo a la esfera del animal por estar completamente ocupado con las necesidades materiales, apegado a este reino mortal, imaginándose que la más grande felicidad es la obtención de riqueza en este mundo. ¡Cuán inútil! ¡Cuán baja es tal naturaleza! Dios ha creado al hombre para que sea paloma del Reino, un cirio celestial, un receptor de la vida eterna. Dios ha creado al hombre para que sea resucitado por los hálitos del Espíritu Santo y se convierta en la luz del mundo…

Las Manifestaciones de Dios han venido al mundo para librar al hombre de estos lazos y cadenas del mundo de la naturaleza.

Hace poco, un amigo me envió por correo electrónico un vídeo con algunas palabras atribuidas popularmente a Steve Jobs, cofundador de Apple Computer, grabadas desde su lecho de muerte. Entre sus declaraciones, el Sr. Jobs dijo:

«Alcancé la cima del éxito en el mundo de los negocios. A los ojos de los demás, mi vida fue un epítome del éxito. Sin embargo, aparte del trabajo, tengo pocas alegrías. Al final, la riqueza es solo un hecho de la vida al que estoy acostumbrado. En este momento, tumbado en la cama, enfermo, y recordando toda mi vida, me doy cuenta de que todo el reconocimiento y la riqueza de los que me enorgullecí tanto palidecen y carecen de sentido ante la inminente muerte … Puedo sentir el aliento de Dios y la muerte acercándose. Ahora sé que, cuando hemos acumulado suficiente riqueza para toda la vida, deberíamos dedicarnos a otros asuntos que no estén relacionados con la riqueza. Debería ser algo más importante. Tal vez las relaciones. Tal vez el arte. Tal vez un sueño de juventud. Perseguir la riqueza sin parar solo convertirá a una persona en un ser retorcido, como yo. Dios nos dio los sentidos para que sintiéramos el amor en el corazón de todos, no las ilusiones provocadas por la riqueza. La riqueza que he ganado en mi vida, no puedo traerla conmigo. Lo que puedo traer son solo los recuerdos emanados del amor. Esa es la verdadera riqueza que te seguirá, te acompañará, dándote fuerza y luz para seguir adelante». El amor puede viajar mil millas… Las cosas materiales perdidas pueden ser encontradas. Pero hay una cosa que nunca se puede encontrar cuando se pierde: la vida. … Sea cual sea la etapa de la vida en la que te encuentres ahora, con el tiempo, te enfrentarás al día en que se baje el telón. Atesora el amor por tu familia, el amor por tu cónyuge, el amor por tus amigos, trátate bien a ti mismo, aprecia a los demás».

Podemos descubrir esta importante verdad en nuestro lecho de muerte o podemos descubrirla ahora, en la flor de nuestra vida. Puesto que todo el mundo debe descubrirla tarde o temprano, cuanto antes mejor.

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Todas las grandes religiones nos dicen que no podemos encontrar ninguna importancia real o sustento en las cosas materiales, y que debemos desprendernos de ellas para centrarnos en el aspecto verdaderamente importante de la vida: el espíritu humano. En uno de sus libros, Bahá’u’lláh, el fundador de la fe bahá’í, escribió:

Los días de vuestra vida huyen como un soplo de viento y todo vuestro fausto y gloria llegarán a su fin, así como terminaron la pompa y la gloria de aquellos que os precedieron. ¡Reflexionad, oh pueblo! ¿Qué ha sido de vuestros días pasados, de vuestros siglos perdidos? Felices los días que han sido consagrados al recuerdo de Dios, y benditas las horas que se han dedicado a la alabanza de Aquel quien es el Omnisapiente. ¡Por mi vida! Ni la fastuosidad del poderoso, ni la abundancia del rico, ni aún el ascendiente del impío, perdurarán. Todo perecerá, con una palabra suya. Él es, ciertamente, el Omnipotente, el que Todo lo Compele, el Todopoderoso. ¿Qué ventaja hay en los bienes terrenales que los hombres poseen? Aquello que les beneficiará, lo han desdeñado.

Las cosas importantes de la vida son dar amor a nuestra familia y amigos, y a todos los que conocemos, y lo más importante, conocer, amar y obedecer a nuestro Creador.

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