Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
A veces, las perspectivas espirituales y las creencias culturales ofrecen a las personas explicaciones que dan sentido a sus acontecimientos vitales estresantes, y el sentido puede transformar el estrés en propósito.
Aunque comprender el significado de un acontecimiento estresante puede no eliminar los sentimientos de angustia que provoca, entender su propósito puede hacer que el acontecimiento sea más significativo y aceptable. Cuando se produce estrés, tener una perspectiva espiritual puede ampliar nuestra visión sobre cualquier crisis o acontecimiento de la vida.
En un discurso que dio en París a principios del siglo XX, Abdu’l-Bahá dijo: Aunque vuestros días sobre la tierra están contados, vosotros sabéis que la vida eterna os aguarda. Si la ansiedad material os envuelve en una nube oscura, el esplendor espiritual alumbrará vuestro camino.
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Estrés y redes sociales
Con el avance generalizado en el mundo del uso de las redes sociales y la tecnología digital, nuestros pensamientos y emociones están siendo excesivamente bombardeados por innumerables estímulos. Esto ejerce presión sobre el funcionamiento normal del cerebro. La exposición constante a medios como vídeos, mensajes de texto, tweets y medios de comunicación cada vez más numerosos puede sobrecargar nuestra capacidad de sentir y pensar.
Las consecuencias psicológicas indeseables de las redes sociales pueden interferir en la adaptación mental y física y, como consecuencia, exigir una adaptación mental constante y crear dificultades para mantener una vida cotidiana equilibrada y una imagen saludable de uno mismo. Una situación tan poco saludable y desafiante puede provocar más estrés, angustia y ansiedad.
Sabemos que este tipo de estrés puede tener un impacto tremendamente negativo en adolescentes y adultos jóvenes.
Los estudios de investigación han demostrado que la exposición a factores estresantes graves y crónicos durante los años de desarrollo de los niños se asocia con el riesgo de ansiedad, depresión, agresividad, morbosidad médica y trastornos neurológicos graves. Se ha señalado que los acontecimientos vitales estresantes suelen preceder a la aparición de trastornos de ansiedad. En un estudio a largo plazo sobre la ansiedad también se observó que la ansiedad solía aparecer antes que los síntomas de la depresión.
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Impacto del estrés en el cerebro y el sistema inmunitario
El estrés psicológico no es sólo psicológico: también afecta al funcionamiento del cerebro y a las hormonas. El estrés agudo es un potente desencadenante de los sistemas endocrino e inmunitario del organismo. Según los neurocientíficos, el estrés elevado puede ser perjudicial para la capacidad de toma de decisiones de nuestro cerebro, ya que en situaciones de estrés el cerebro humano cambia su funcionamiento y la toma de decisiones se vuelve irracional y poco sistemática.
En épocas de estrés grave, el cuerpo también se vuelve más vulnerable a las enfermedades físicas.
Herramientas psicológicas para afrontar el estrés
La respuesta psicológica de un individuo al estrés viene determinada, en gran medida, por los valores socioculturales y la actitud individual. En la cultura norteamericana, la carrera hacia el éxito material y la consecución de mayores logros conduce a comportamientos competitivos que, a su vez, pueden aumentar el miedo al fracaso y el estrés. En consecuencia, el esfuerzo incansable por alcanzar el éxito puede conducir a una sensación de urgencia temporal, frustración y un deseo desmesurado de control.
Por otro lado, una herramienta psicológica –el optimismo– puede contrarrestar esta tendencia a la competitividad y la frustración que conlleva. Los estudios de investigación muestran una relación positiva significativa entre el optimismo y la capacidad humana para hacer frente al estrés. Una actitud optimista también refuerza la resiliencia para superar los factores estresantes, sirviendo de factor protector contra el estrés. El optimismo sobre el futuro permite a la persona adaptarse a los factores estresantes con sentimientos positivos.
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Puedes aumentar tu nivel de optimismo poniendo en práctica algunas de estas sugerencias psicológicas sobre cómo afrontar el estrés y las crisis de la vida cotidiana:
Comprenda claramente la naturaleza de la crisis.
La percepción y la actitud ante la crisis y el sufrimiento pueden determinar el desenlace. Es muy importante fomentar la resiliencia y la confianza en uno mismo.
- Evaluar la crisis de forma inteligente y planificar una solución práctica y realista.
- Concéntrese en conseguir cierto control sobre la situación estresante.
- Reconocer que las palabras y acciones hirientes suelen provenir de quienes han sido heridos.
- Acepte el cambio y haga del fracaso un trampolín hacia el éxito.
- El ejercicio físico regular es muy importante para la salud, incluida la salud mental.
- No todos los factores de estrés son negativos o peligrosos: algunos tienen efectos positivos.
La risa y el humor tienen un efecto beneficioso sobre el sistema inmunitario y ayudan a aliviar el estrés. En el próximo y último artículo de esta serie, iremos más allá de las herramientas psicológicas que nos ayudan a lidiar con el estrés y exploraremos las herramientas espirituales que todos podemos utilizar
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