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Espiritualidad

Golpeado por un rayo de inspiración

Deshon Fox | Jun 20, 2017

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Deshon Fox | Jun 20, 2017

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¿Alguna vez te ha sucedido algo que haya cambiado todo en un instante?

La mayoría hemos oído de hechos parecidos, o tal vez leímos sobre alguien que tuvo una epifanía o un despertar, o algún cambio radical de conciencia que le permitiera percibir una nueva gama de colores y significados en el espectro de la realidad. Tuve una experiencia como esa en una ocasión. En el año 2000, era universitario en la Universidad Florida International, en mi último año de la carrera, casi un ingeniero civil graduado.

Era tarde (más bien, era de madrugada), demasiado tarde para estar parado frente a los dormitorios “vacilando” con un amigo. No recuerdo de qué hablábamos, pero sé que era muy parecido a tonterías. Nos reíamos incontrolablemente—de esa risa que te da cuando te has desvelado pero te estás haciendo el que no tiene sueño.

De repente, sin preparación, algo cambió. Un momento estaba hablando con mi amigo, doblado de risa, y en el siguiente momento estaba en otra dimensión. Frente a mí había un libro altísimo, de color esmeralda, iridiscente—majestuoso. La portada tenía las palabras “La Teoría Media” en letras doradas brillantes que tenían una presencia de realeza. Se sentía como un rayo de inspiración.

Me quedé parado, transfigurado; el libro parecía leer mi alma. Me conocía. Estaba conectado a mí de alguna manera. Todo dejó de importarme mientras observaba este libro. No tenía conciencia de mí mismo como cuando estoy despierto. El “ser” que llevo en mi mente de quién soy—mi nombre, edad, dirección, gustos y disgustos y etc. —simplemente no existía. Sólo estaba despierto y tranquilo. No me sentía especialmente feliz, tampoco estaba triste. La mejor palabra que se me ocurre para describir ese momento eterno es contento. Estaba contento. No importaba nada. Podía quedarme en ese estado por siempre.

Todo terminó de repente, como comenzó, y estaba de regreso en mi cuerpo con mi consciencia presente, la riza de mi amigo reverberando en la oscuridad. Él no se fijó en nada. Yo tampoco estaba dispuesto a decirle nada—sabía que sólo se reiría más de mí. A pesar de mi silencio, algo formidable me había sucedido; algo que no podía ignorar. La gracia había entrado inesperadamente a mi vida.

Compartí este acontecimiento transformador en el capítulo inicial de un libro que publiqué en el 2009 llamado La Teoría Media. No ha sido sino hasta este conjunto de ensayos, sin embargo, que he compartido toda la historia con tanto detalle y en un contexto mayor. Este ensayo es primero de una serie de 10 partes escrito exclusivamente para BahaiTeachings.org. Estos ensayos serán íntimos y espero que inspiren a muchos de los lectores. Se tratarán de percepciones desprendidas de los encuentros que he tenido con gracia desde esa experiencia mística hace tanto tiempo. A medida que mi viaje hacia el balance siguió desde ese inolvidable momento en el 2000 hasta el momento que empecé a escribir La Teoría Media, abrí mi mente y alma a una sabiduría profunda que después encontré que se reflejaba perfectamente en las enseñanzas de la Fe Bahá’í. Esa sabiduría residía en el corazón de La Teoría Media, aunque no lo sabía al empezar la marcha.

En una palabra, la teoría media se trata de “balance”—no un balance en el sentido de un poco de esto y un poco de aquello; balance en el sentido profundamente espiritual y penetrante que influencia cada dimensión de la realidad.

La teoría media describe un balance que genera paz en el mundo, comunidades más fuertes, unidad religiosa, igualdad de hombres y mujeres, justicia, prosperidad y todo lo que se pueda imaginar que apoya el avance de la raza humana. Este balance es poderoso. Es real, universal y alcanzable cuando entendemos ciertas verdades fundamentales que apartan nuestros paradigmas mentales limitantes. Este balance no requiere que nos convirtamos en nada más que profundamente conscientes y conscientemente conectados a una Fuente mucho más grande que nosotros. Este balance es bueno. No nos pide nada más que lo que nos ayuda a ser felices y a vivir en paz con todos los demás aquí en la tierra. Este balance no tiene que competir por nada porque es íntegro así como está. Es más hermoso de lo que se puede describir. Está a nuestra disposición—no en un futuro distante, sino que en este momento, al leer estas palabras:

Pon ante tus ojos la infalible Balanza de Dios, y como si estuvieras en Su Presencia, sopesa en esa Balanza tus acciones cada día, en cada momento de tu vida. – Bahá’u’lláh, Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh, página 268.

Así comienza nuestro viaje como amigos. Vamos a aprender mucho en este viaje. Las lecciones en su mayoría serán sencillas, pero habrá momentos que luchará con un concepto o idea que es ajeno a su estructura de creencias actuales. Eso está bien. ¿No es el objetivo de todo viaje que vale la pena, tener nuevas experiencias, digerir información nueva que nos lleva a investigar nuevos territorios internos?

Entremos tranquilamente a este viaje. Escuchemos profundamente y reflexionemos sinceramente sobre lo que experimentemos juntos. A medida que lee cada ensayo, imagínese que es un viajero en el camino de la vida viendo adelante hacia un horizonte brillante, ansioso por ver la nueva frontera más allá del alcance de su vista.

¡Oh tú que caminas por la senda de Dios! Toma tu porción del océano de Su gracia y no te prives de las cosas que se hallan ocultas en sus profundidades. Sé de los que han participado de sus tesoros. Una gota de este océano, si fuera derramada sobre todos los que están en los cielos y en la tierra, sería suficiente para enriquecerles con la munificencia de Dios, el Todopoderoso, el Omnisciente, el Sapientísimo. – Ibíd., página 315.

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