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Religión

¿Han perdido las religiones su poder transformador?

José Luis Marqués Utrillas | Feb 3, 2022

PARTE 3 IN SERIES La transformación interior

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José Luis Marqués Utrillas | Feb 3, 2022

PARTE 3 IN SERIES La transformación interior

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Puntos comunes de las religiones

Desde tiempos remotos los seres humanos han buscado un sentido de la vida, por qué existimos y para qué. Algunos más iluminados han trasmitido mitos, tradiciones y normas que han tenido un gran poder transformador para la felicidad de cada uno y para la convivencia. Han surgido distintas creencias y prácticas de vida, que hoy llamamos religiones. Sintetizando mucho, todas coinciden en tres temas:

  1. El universo no es solo material sino que hay un Espíritu que lo ha creado, que lo sostiene; que puede verse como distinto o identificado con todo. Se le llame Brahma, Yahveh, Dios, Alá, Gran Espíritu, es la fuente del conocimiento, de las leyes y del amor, como la Estrella Polar que guía a los hombres en su paso por la Tierra.
  2. El ser humano no es un animal más, pues tiene un espíritu que se comunica con el Gran Espíritu y de alguna forma vuelve a Él.
  3. Las religiones han enseñado una serie de virtudes que ayudan a vivir bien y en armonía: moderación, paciencia, humildad, veracidad, compasión… Todas han expresado la “ley de oro del amor” que es la base de la felicidad y la convivencia: «no hagas a los demás lo que no quieras para ti».

Las religiones han impulsado grandes civilizaciones y han ayudado al mejoramiento del mundo. Moisés, Zoroastro, Buda, Jesús y Muhammad quisieron renovar el verdadero espíritu religioso y aportaron luz para millones de personas. Pero con el tiempo, los seres humanos las hemos anquilosado por el ritualismo, las tradiciones que pierden sentido, el dogmatismo, la alianza con el poder y los enfrentamientos entre los seguidores de una u otra forma de entender la religión.

Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la fe bahá’í, dijo:

El propósito que fundamenta la revelación de todo Libro sagrado, aún más, de todo versículo divinamente revelado, es dotar de rectitud y entendimiento a todos los seres humanos, para que la paz y la tranquilidad se establezcan firmemente entre ellos. – Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh.

Corresponde, a la esencia de la Fe de Dios y Su Religión en este Día, que no deba permitirse nunca a las diversas confesiones de la tierra y a los múltiples sistemas de creencias religiosas fomentar sentimientos de animosidad entre las gentes. Estos principios y leyes, estos sistemas inmensos y firmemente establecidos, han procedido de una sola Fuente y son los rayos de una sola Luz. Que difieran unos de otros debe atribuirse a los requisitos variables de las edades en que fueron promulgados. – Epístola al Hijo del Lobo.

Alternativas a las religiones

En el siglo XVIII comenzó un proceso secularizador dejando de lado las religiones y abriendo otros caminos para mejorar el mundo. Fue la Ilustración y la Revolución francesa (1789). Desde entonces prevalece la división entre los de la derecha –los que defendían a la monarquía, la nobleza y la Iglesia– y los de la izquierda –los que defendían los derechos de los ciudadanos y la libertad individual.

En el siglo XIX prosiguió ese menosprecio de las religiones mientras surgían otras perspectivas de progreso:  los socialismos utópicos, las revoluciones obreras y nacionalistas, el marxismo, el progreso de las ciencias, la evolución de las especies y el ateísmo filosófico. Todo eso ha llevado a que en el siglo XX siga ese proceso secularizador y que hayan tomado fuerza algunas ideologías humanistas que han querido sustituir a las religiones: sea el liberalismo, el capitalismo, el nacionalismo, el comunismo o el nazismo. La verdad es que esas cosmovisiones laicas no han trasformado el interior de las personas, ni siquiera han mejorado las estructuras sociales como se podría esperar de ellas.

A las religiones se les plantea algunos retos si quieren seguir teniendo una influencia positiva para el bien de las personas y de la humanidad:

  • Reinterpretar los mitos y esquemas antiguos conforme a los conocimientos actuales del universo y de la historia, en armonía con la ciencia.
  • Superar los sistemas de clases y la gran diferencia entre los dirigentes religiosos y el pueblo creyente.
  • Conocer y respetar a los que siguen otras creencias y prácticas religiosas, en vez de enfrentarse.
  • Colaborar con otros creyentes o no creyentes en el mejoramiento del mundo en que vivimos.

Afortunadamente en todas las religiones se han dado muchos pasos sobre estos retos. Nunca olvidemos todo lo bueno que han aportado a lo largo de los siglos, pero ahora hemos de convivir y colaborar con los que siguen otras religiones o ninguna. Además los seres humanos siguen buscando sentido a la vida desde lo más profundo de su ser, a través de diversas religiones y espiritualidades, o al margen de ellas.

Respeto entre las religiones y con la ciencia

En el mismo siglo XIX, mientras se planteaban ideologías no religiosas y progresaba la ciencia, empezó un movimiento hacia la renovación y el buen entendimiento que sigue avanzando.

Bahá’u’lláh, exiliado en Tierra Santa, planteó:

Es indudable que los pueblos del mundo de cualquier raza o religión derivan su inspiración de una sola Fuente celestial y son los súbditos de un solo Dios. La diferencia entre las disposiciones por las que se rigen debe ser atribuida a los requisitos y exigencias variables de la época en que fueron reveladas. – Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh, CXI,1.

El bienestar de la humanidad, su paz y seguridad son inalcanzables, a menos que su unidad sea firmemente establecida. – CXXXI,2.

Poco después en la India, Ramakrishna trató de unificar las diversas tendencias del hinduismo. También hubo occidentales, como los teosófos y rosacruces, que se sintieron atraídos por las religiones de Oriente. Para promover el respeto y el buen entendimiento entre todas las creencias, organizaron el Primer Parlamento de las Religiones, celebrado en Chicago en 1893. Pero no se repitió hasta cien años más tarde. En la primera mitad del siglo XX los cristianos reformados buscaban cómo entenderse entre ellos: el ecumenismo. A partir del Vaticano II , también los católicos se fueron abriendo al ecumenismo y al diálogo interreligioso. Hoy día estamos casi todos de acuerdo en que cada cual siga el camino que mejor crea para su desarrollo espiritual y su servicio a los demás. 

Así es como las religiones, respetuosas entre sí y armonizadas con la ciencia, pueden aportar luz para abordar los problemas morales, sociales y ecológicos que son un reto para el bienestar de toda la humanidad y del planeta.

La religión debería unir a todos los corazones y hacer que las guerras y las disputas se desvanezcan de la faz de la tierra, dando nacimiento a la espiritualidad, confiriendo vida y luz a cada corazón. Si la religión se convierte en causa de aversión, de odio y de división, sería mejor no te­ner ninguna y apartarse de semejante religión sería un acto verdaderamente religioso. […] Una religión que no sea causa de amor y unidad no es una religión. – La sabiduría de ‘Abdu’l-Bahá.

RELACIONADO: La religión debe ser causa de amor y afecto

También hay que reconocer los avances positivos de la humanidad en los últimos tiempos: la descolonización, los avances científicos, sociales y sanitarios, la democratización de muchos países, la creación de las Naciones Unidas –tras la experiencia de dos guerras mundiales catastróficas–, el reconocimiento de los Derechos Humanos, las cumbres mundiales y el proceso globalizador. Son muchos los aspectos en los que la humanidad se va acercando a las líneas maestras que proclamó Bahá’u’lláh hace siglo y medio.

¡Oh, vosotros, los representantes elegidos del pueblo en todos los países! Reuníos a consultar y ocupaos solo con lo que beneficie a la humanidad y mejore su condición, ojalá fuerais de los que inquieren con cuidado. […] Reconciliaos entre vosotros, para que no necesitéis más armamentos, salvo en la medida que fuere necesaria para resguardar vuestros territorios y dominios. – Carta a la Reina Victoria.

Estos son los retos de las personas espirituales: seguir todo lo bueno que nuestras tradiciones nos enseñan, armonizarnos con la ciencia y colaborar con todas las personas de buena voluntad para el mejoramiento del mundo más justo y más unido. Los que conocemos la Fe bahá’í podemos hallar en ella guía para mejorar nuestro interior y planteamientos novedosos para transformar las estructuras de la sociedad en que vivimos.

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