Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
A través de toda la creación, en todos los reinos, está escrita esta ley; el amor y la afinidad son causa de vida y la discordia y separación son causa de muerte. – ‘Abdu’l-Bahá, La promulgación de la paz universal, página 213.
El amor y la afinidad causan la vida, dice ‘Abdu’l-Bahá. Científicamente, ¿cómo podría ser eso?
¿Qué pasa si la fuerza fuerte, la poderosa energía que une cada átomo del universo, la fuente molecular de toda vida, representa en el mundo físico lo que representa la energía profunda del amor en el mundo espiritual? ¿O si, por extraño que parezca, las dos fuerzas son la misma fuerza? ¿Y si el amor, literalmente, mantiene unido al universo?
Si alguna vez ha estado enamorado, sabe lo fuerte que puede ser esa fuerza.
El amor, como dicen todas las canciones, lo vuelve loco. Cuando siente el poderoso poder del amor en su corazón, hará cualquier cosa para seguirlo. Pasará por cualquier dificultad o superará cualquier obstáculo para que el amor pueda crecer y florecer. Transcenderá lo racional, dejará atrás todas tus preocupaciones lógicas y hará lo que sea necesario para estar con su amada.
Cuando nuestros corazones y almas sienten la fuerte fuerza del amor, no podemos ayudarnos a nosotros mismos, tenemos que responder.
Tal vez los electrones y los protones en el corazón de cada átomo se sienten de la misma manera. Las leyes conocidas de la física, por lo menos las que entendemos, sugieren que cada átomo debe separarse inmediatamente, arrojando sus componentes al espacio. Esto se debe a que el núcleo de cada átomo (con una sola excepción: el hidrógeno) contiene más de un protón, esas partículas positivamente cargadas normalmente repelen instantáneamente otras partículas positivamente cargadas. En cambio, una fuerza fuerte mantiene esos protones y electrones estrechamente unidos, con un enlace extremo, haciendo posible la existencia material.
Un poco más de setenta años atrás, la ciencia comenzó a enseñarnos, con resultados terribles, lo que sucede cuando separamos forzosamente ese vínculo «dividiendo el átomo». Desatamos el increíble y discordante poder de la fuerza fuerte y producimos una explosión nuclear, la fuerza más destructiva conocida por la humanidad. En este caso, podemos tomar las palabras de ‘Abdu’l-Bahá literalmente: «la discordia y la separación son la causa de muerte».
Esta fuerza fuerte fascinó a Einstein en la búsqueda de su «teoría del campo unificado», que en última instancia no se ha realizado, y continúa obligando a los físicos de hoy. La ciencia está de acuerdo en que no existe afinidad más poderosa, pero no entendemos completamente los mecanismos que lo hacen funcionar.
Parecido al amor.
Cuando estamos enamorados, conocemos el sentimiento, y todo lo que podemos hacer es rendirnos ante él. Comprender cómo funciona es mucho menos importante que reconocer su realidad.
Así que, si nuestras pequeñas expresiones humanas de amor tienen tanto poder personal, ¿podemos imaginar el enorme poder combinado de un amor más universal?
¿Podemos conceptualizar y reconocer lo que el amor podría significar para un Ser Supremo? Las enseñanzas bahá’ís nos dan una pista:
Has de saber con certeza que el Amor es el secreto de la santa Dispensación de Dios, la manifestación del Todomisericordioso, la fuente de las efusiones espirituales. El Amor es la bondadosa luz del cielo, el eterno hálito del Espíritu Santo que vivifica el alma humana. El Amor es la causa de la revelación de Dios para el hombre, el vínculo vital que, de acuerdo con la creación divina, es inherente a las realidades de las cosas. El Amor es el único medio que asegura la verdadera felicidad tanto en este mundo como en el venidero. El Amor es la luz que guía en la oscuridad, el eslabón viviente que enlaza a Dios con el hombre, que asegura el progreso de toda alma iluminada. El Amor es la más grande ley que rige este potente ciclo celestial, el único poder que une los diversos elementos de este mundo material, la suprema fuerza magnética que dirige los movimientos de las esferas en los dominios celestiales. El Amor revela con infalible e ilimitado poder los misterios latentes del universo. El Amor es el espíritu de vida para el ornado cuerpo de la humanidad, el fundador de la verdadera civilización en este mundo mortal y el derramador de imperecedera gloria sobre toda raza y toda nación de altas miras. – ‘Abdu’l-Bahá, Selección de los escritos de ‘Abdu’l-Bahá, página 46
“El amor es… el vínculo vital que… es inherente a las realidades de las cosas”, escribe ‘Abdu’l-Bahá, “el único poder que une los diversos elementos de este mundo material.”
¿le suena familiar?
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