Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Mientras caminaba hacia el centro la otra noche, un empobrecido caballero sin hogar sostenía la puerta de un negocio abierto para mi esposo y para mí.
Conmovidos por su cortesía, sonreímos, le saludamos y le agradecimos; Él se iluminó radiante y expresó gratitud a nosotros por nuestra bondad. Nos dijo que nadie le había dicho «gracias» a él por mucho tiempo. Mientras hablaba, quedó claro que lo que más significaba para él no era dinero ni refugio.
A pesar de que estas eran necesidades significativas para él, él apreciaba más cuando la gente hablaba con él amablemente y lo trataba como un ser humano. Lo que él tan humildemente dijo me recordó que la generosidad no siempre significa donaciones monetarias o materiales, sino que también puede significar generosidad de espíritu.
En la siguiente cita, Bahá’u’lláh, el fundador de la Fe Bahá’í, hace referencia a la difícil situación de los pobres y subraya la importancia de la generosidad:
¡Oh hijos del polvo! Advertid a los ricos del suspirar de los pobres en medio de la noche, para que la negligencia no los conduzca al sendero de la destrucción y los prive del Árbol de la Riqueza. Dar y ser generoso son de Mis atributos; bienaventurado es aquel que se adorna con Mis virtudes. – Bahá’u’lláh, Las palabras ocultas, número 49 del persa.
Los bahá’ís-incluyéndome a mí- se esfuerzan continuamente por desarrollar el atributo de la generosidad. Las riquezas terrenales, esas cosas materiales superficiales, como la joyería, la ropa y el dinero, no importan realmente; No son lo que nos define. Ahora, dicen las enseñanzas bahá’ís, esos bienes terrenales nos pertenecen, y mañana ellos pertenecerán a otra persona. Nuestras almas, nuestras virtudes y nuestros actos constituyen lo que realmente somos, y la generosidad es una de esas virtudes muy importantes.
Otra virtud que los bahá’ís buscan desarrollar es la perseverancia a través de desafíos. El caballero sin hogar que mencioné exhibió esta virtud al seguir manteniendo la puerta abierta para la gente, y mantenerse positivo sin importar su situación. Bahá’u’lláh escribió:
Los que poseen riqueza deben tener la mayor consideración para con los pobres, ya que grande es el honor destinado por Dios para los pobres que son firmes en paciencia. ¡Por mi vida! No hay otro honor, fuera del que Dios desee conceder, que pueda compararse con este honor. Grande es la bienaventuranza que espera a los pobres que soportan pacientemente y encubren sus padecimientos, y venturosos son los ricos que donan sus riquezas a los necesitados y los prefieran a ellos antes que a sí mismos. – Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh, páginas 230-231
Los escritos de la Fe Bahá’í también discuten la calidad transitoria de las riquezas. En otras palabras, así como es tener buena salud o experimentar enfermedad, ser joven o envejecer, la riqueza y la pobreza no son constantes en esta vida. En Las Palabras Ocultas, Bahá’u’lláh dijo:
¡Oh hijo de mi sierva! No te inquietes en la pobreza ni te confíes en la riqueza, pues la pobreza es seguida por la riqueza y la riqueza es seguida por la pobreza. Sin embargo, ser pobre en todo salvo en Dios es una dádiva maravillosa; no desestimes su valor, pues al final esto te hará rico en Dios… – número 51 del persa.
Esta cita parece decirnos que la espiritualidad y el desprendimiento de las posesiones mundanas, o ser «pobres en todos excepto Dios», nos da una «dádiva maravillosa», algo que todos debemos alcanzar.
En otros escritos sobre este tema crucial, Bahá’u’lláh aclara que las riquezas terrenales pueden convertirse en una barrera para la espiritualidad, enfatizando la importancia de la generosidad y pidiéndonos que guardemos la confianza de Dios, los pobres, considerando y actuando sobre las necesidades de los demás:
¡Oh vosotros que os enorgullecéis de las riquezas mortales! Sabed en verdad que la riqueza es una poderosa barrera entre el buscador y su deseo, entre el amante y su amada. Los ricos, salvo unos pocos, de ningún modo alcanzarán la corte de Su presencia ni entrarán en la ciudad del contento y la resignación. Bienaventurado es, pues, aquel que siendo rico no es inhibido por su riqueza del reino eterno, ni es privado por ella del dominio imperecedero. ¡Por el Más Gran Nombre! ¡El esplendor de semejante rico iluminará a los moradores del cielo, del mismo modo que el sol alumbra a la gente de la tierra! – número 513 del persa.
¡Oh ricos de la tierra! Los pobres son Mi encomienda entre vosotros; resguardad Mi encomienda y no estéis absortos sólo en vuestro propio bienestar. – número 54 del persa.
Cada uno puede desempeñar un papel, por pequeño que sea, en la eliminación de la pobreza y la falta de vivienda, sirviendo a la humanidad, siendo generosos y haciendo del mundo un mejor lugar para vivir. Trabajemos juntos y cuidemos de los pobres entre nosotros.
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