Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Aunque los escritos bahá’ís dicen que el amor y la justicia son dos de los principios religiosos más esenciales, también ofrecen una serie de importantes enseñanzas adicionales para guiarnos hacia el amor y la justicia.
Estas enseñanzas únicas son totalmente nuevas: nunca antes se habían dado en la religión.
Durante su encarcelamiento por el Imperio Turco por enseñar una nueva religión, Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la Fe bahá’í, envió cartas a los reyes y gobernantes del mundo. En estas misivas anunciaba el advenimiento del Día Prometido, explicando a los líderes políticos y religiosos del mundo de entonces cómo salvaguardar los intereses de sus súbditos y ciudadanos y lograr una paz y armonía mundiales duraderas. Bahá’u’lláh fue el primer fundador de una Fe global que se dirigió a los líderes del mundo.
Del mismo modo, el hijo de Bahá’u’lláh, Abdu’l-Bahá, cuando fue liberado de su confinamiento por ser bahá’í, también trató de dar a conocer los principios bahá’ís. Aunque enfermo y anciano, viajó por Oriente y Occidente, y en cientos de charlas públicas y privadas y en libros, cartas y tablas promulgó los mensajes y la guía de su padre. Abdu’l-Bahá, una figura única en toda la religión revelada, no fue un profeta de Dios, sino un ejemplo de cómo vivir una vida bahá’í.
RELACIONADO: El amanecer del día prometido
Abdu’l-Bahá resumió los nuevos principios bahá’ís como un conjunto notable y sin precedentes de nuevas enseñanzas espirituales y sociales. Estas son:
- La unidad de la humanidad. Este es el principio esencial bahá’í. Los escritos de Bahá’u’lláh proclaman que: «El bienestar de la humanidad, su paz y seguridad son inalcanzables, a menos que su unidad sea firmemente establecida». Debemos aprender que la humanidad es una, que todos formamos parte de un sistema global interrelacionado, y que un conjunto de principios morales se aplica a todos los seres humanos.
- La investigación independiente de la verdad. Los bahá’ís consideran que la aceptación ciega de la tradición no conduce al crecimiento personal o social.
- Un fundamento común a todas las religiones. Es esencial darse cuenta de que todas las religiones proceden de la misma fuente –nuestro único Creador– y que cada Fe ha tratado de salvaguardar la nobleza del hombre y hacer avanzar el orden social. Sin embargo, las religiones están sujetas a la decadencia, por lo que deben renovarse periódicamente.
- La armonía esencial de la ciencia y la religión. Una sin la otra puede resultar desequilibrada y peligrosa.
- La igualdad de hombres y mujeres. «El mundo de la humanidad posee dos alas: una es el hombre y la otra, la mujer», dijo Abdu’l-Baha en 1912. «Mientras estas dos alas no sean equivalentes en fuerza, el pájaro no podrá volar«. Para que la humanidad prospere, las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres.
- La eliminación de los prejuicios de todo tipo. Los escritos bahá’ís proclaman que «Los prejuicios de toda clase son los destructores de la felicidad y bienestar humanos. Todas las guerras y el derramamiento de sangre en la historia de la humanidad han sido el resultado de los prejuicios».
- La paz universal sostenida por una federación mundial de naciones. Bahá’u’lláh aconsejó:
Ha de llegar el momento en que la necesidad imperiosa de celebrar una vasta y omnímoda asamblea de naciones se haga universal. Los gobernantes y los reyes de la tierra deben asistir a ella y, participando en sus deliberaciones, deben considerar las formas y los medios que sentarán las bases de la Gran Paz mundial entre los hombres. Tal paz exige que las Grandes Potencias resuelvan, en aras de la tranquilidad de los pueblos de la tierra, reconciliarse plenamente entre sí. Si algún rey se alzara en armas contra otro, todos deberían levantarse unidos e impedirlo. Si esto se hace, las naciones del mundo ya no necesitarán ningún armamento, salvo para preservar la seguridad de sus reinos y mantener el orden interno en sus territorios. Esto asegurará la paz y la compostura de cada pueblo, gobierno y nación. [Traducción provisional].
RELACIONADO: ¿Qué significa el «Nuevo Orden Mundial»?
Esta federación mundial, explicó además el Guardián de la Fe bahá’í, debe incluir un parlamento mundial, un poder judicial mundial y un ejecutivo mundial que ejecute las leyes del parlamento.
- Educación obligatoria universal. La falta de educación no solo desperdicia el potencial humano, sino que crea un entorno en el que la desinformación suele guiar y el fanatismo acrítico dirige las acciones.
- Una solución espiritual a los problemas económicos. Los bahá’ís creen que los extremos de la riqueza y la pobreza deben ser eliminados. Esto debe incluir la eliminación de la indigencia y la desaparición de la acumulación masiva de propiedad.
- Un lenguaje auxiliar universal. Las enseñanzas bahá’ís piden que se elija una lengua para instruir a todos los niños del mundo, de modo que todos los seres humanos puedan comunicarse fácilmente.
Estos principios no son vagos ideales: los bahá’ís creen que son los principales vectores morales que dirigen actualmente la evolución social de la humanidad. Constituyen la fuerza operativa del plan mayor de Dios, la forma en que la justicia acabará realizándose para todos los pueblos del mundo. Actúan sobre todos, conscientemente o no. El ímpetu espiritual liberado por la revelación bahá’í significa que el mundo entero se mueve inexorablemente en dirección a esos principios sagrados.
Todo lo que haga avanzar los fundamentos morales esenciales de estos principios, con el tiempo, avanzará en esta era, ya que el Creador los ha establecido como objetivos y el universo nos llama ahora a alcanzarlos.
Comentarios
Inicia sesión o Crea una Cuenta
Continuar con Googleo