Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Las enseñanzas de la fe bahá’í y los consejos delineados en el libro de sabiduría tolteca de don Miguel Ruiz, «Los Cuatro Acuerdos», nos invitan a vivir una vida de excelencia en nuestra búsqueda de la alegría, la libertad y la plenitud. En cuanto al cuarto acuerdo, don Miguel Ruiz resumió esta invitación a la excelencia en cuatro palabras: da siempre lo mejor de ti.
En caso de que te estés preguntando por qué es importante dar siempre lo mejor de ti, he identificado cinco razones por las que esforzarnos a dar siempre lo mejor de nosotros mismos no es solo una meta a la que aspirar, sino una profunda forma espiritual de vivir que puede transformarnos a nosotros mismos y a nuestro mundo.
5 razones por las que siempre debes dar lo mejor de ti
1. Dar lo mejor de ti te ayuda a crecer y desarrollarte espiritualmente
En una conferencia dada a principios del siglo XX, Abdu’l-Bahá, una de las figuras centrales de la fe bahá’í, dijo:
El hombre se halla en el grado más elevado de la materialidad y en el comienzo de la espiritualidad, es decir, se encuentra donde termina la imperfección y comienza la perfección. Se encuentra en el último peldaño de la oscuridad y en el comienzo de la luz. Por tal razón se ha dicho que la condición humana es el fin de la noche y el comienzo del día, queriendo decir con ello que es la suma de todos los grados de la imperfección y el poseedor de los grados de la perfección.
Cada día, tenemos la opción de volvernos más espirituales o más materiales, porque si dejamos de progresar, empezamos a retroceder. Por lo tanto, es importante hacer siempre todo lo posible para rezar, meditar, profundizar en los versos revelados por las Manifestaciones de Dios, desarrollar nuestras cualidades y poderes espirituales, y contribuir al mejoramiento del mundo para que nuestro lado divino pueda superar nuestra naturaleza animal. Abdu’l-Bahá continuó:
Si el poder divino del hombre, que es su perfección esencial, domina al poder satánico, que es la imperfección absoluta, la persona llega a ser la más excelsa de las criaturas. En cambio, si el poder satánico domina al poder divino, el hombre se transforma en la criatura más ínfima.
2. Dar lo mejor de ti te ayuda a crear nuevos hábitos
Tanto si quieres ser impecable con tu palabra, dejar de tomarte las cosas de forma personal o evitar hacer suposiciones, como he comentado en los artículos anteriores de esta serie, cualquier hábito nuevo no puede crearse sin práctica y esfuerzo constante.
«Si das lo mejor de ti, una y otra vez, te convertirás en un maestro de la transformación», explicaba don Miguel Ruiz. «La práctica hace al maestro. Haciendo lo mejor que puedes te conviertes en un maestro».
3. Dar lo mejor de ti mismo te ayuda a evitar juzgarte a ti mismo
Por supuesto, la calidad de tu mejor esfuerzo fluctuará naturalmente de un momento a otro, y eso está bien. La energía que podemos dar cuando estamos enfermos o tristes no es el mismo nivel de energía que podemos ejercer cuando estamos felices y sanos.
Don Miguel Ruiz escribió: «Independientemente del resultado, sigue haciendo siempre lo máximo que puedas, ni más ni menos. Si intentas esforzarte demasiado para hacer más de lo que puedes, gastarás más energía de la necesaria, y al final tu rendimiento no será suficiente. Cuando te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti, y por consiguiente te resulta más difícil alcanzar tus objetivos. Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes a ti mismo a frustraciones, juicios, culpas y reproches».
4. Dar lo mejor de ti es una forma de adorar a Dios
Los bahá’ís creen que el culto no puede terminar en la oración. La oración debe ir seguida de una acción significativa tanto en nuestra vida personal como profesional. Así pues, tanto si eres un médico que hace todo lo posible por curar a un paciente de todas sus dolencias como si eres un poeta que se esfuerza por amplificar las voces de las comunidades marginadas a través de sus palabras líricas, todo trabajo que se realice hasta la excelencia es adoración. Incluso una persona «que fabrica un pedazo de papel con toda la habilidad de que es capaz, concienzudamente, concentrando sus fuerzas en perfeccionarlo, está alabando a Dios».
En una charla en Londres en 1912, Abdu’l-Bahá dijo:
En pocas palabras, todo esfuerzo y dedicación realizados por una persona con todo su corazón, es adoración, si están inspirados en motivos elevados y el deseo de servir a la humanidad.
5. Dar lo mejor de ti es una forma de servir a la humanidad
La adoración es servir a la humanidad y atender a las necesidades de la gente. ¿Te imaginas cuánto se podría progresar en el mundo si cada persona hiciera su trabajo lo mejor que pudiera, siempre con el objetivo de aumentar la felicidad o mejorar el bienestar de los que le rodean, dedicando solo sus esfuerzos a lo que contribuyera a un bien mayor? En eso consiste la búsqueda de la excelencia: no en el estatus o el reconocimiento, sino en el servicio. En una charla en Nueva York en 1912, Abdu’l-Bahá dijo:
Debéis distinguiros por amar a la humanidad, por la unidad y armonía, por el amor y la justicia. En suma, debéis distinguiros en todas las virtudes del mundo humano – por honradez y sinceridad, por justicia y fidelidad, por firmeza y constancia, por acciones filantrópicas y servicio al mundo humano, por amor hacia todo ser humano, por unidad y armonía con toda la gente, por remover los prejuicios y promover la paz internacional.
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