Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Cuando mires a tu alrededor con ojo perspicaz, notarás que en esta tierra de polvo todo el género humano sufre. Aquí no hay hombre alguno en paz, en recompensa por pecados expiados en vidas anteriores; ni nadie tan dichoso como que aparentemente recoja el fruto de pasada angustia. Y si una vida humana, con su ser espiritual, estuviese limitada a este lapso terrenal, entonces, ¿cuál sería la cosecha de la creación? Es más, ¿cuáles serían los efectos y los resultados de la Divinidad misma? – ‘Abdu’l-Bahá, Selección de los escritos de ‘Abdu’l-Bahá, página 247
¿Cuál es el propósito del sufrimiento? ¿Cuál es su origen? ¿Cuál es su uso? ¿Por qué parece tan brutal y al azar?
Preguntas como estas son tan antiguas como la humanidad, y las sucesivas explicaciones de los filósofos y teólogos han sido objeto de largos debates. Una cosa parece cierta: el sufrimiento es inherente a la condición humana. En otras palabras: todos los seres humanos experimentan sufrimiento en algún punto en sus vidas.
Todas las grandes religiones del mundo ofrecen explicaciones para la existencia del sufrimiento. Algunos afirman que todo el sufrimiento es parte del proceso de desarrollo del alma en su camino hacia el Creador. Ellos agregan que no veremos ningún beneficio del sufrimiento durante nuestra vida terrenal, en el curso de nuestra existencia encontraremos algún beneficio. Echemos un rápido vistazo a las grandes religiones del mundo y su visión del sufrimiento:
- El hinduismo considera el sufrimiento del individuo en un contexto más amplio de un ciclo cósmico de nacimiento, vida, destrucción y renacimiento. La mayoría de los hindús ven el sufrimiento como un castigo por los pecados cometidos en esta vida o en vidas pasadas. Para los hindús, incluso una persona aparentemente inocente que no ha liberado el mal karma de vidas pasadas puede sufrir este castigo.
- Para la mayoría de escuelas budistas, toda la vida es sufrimiento, causada por el apego a las cosas mundanas. Este apego, que puede tomar forma de codicia, odio e ignorancia en esta vida y en las vidas pasadas, puede convertirse en más sufrimiento (karma) a menos que sea mitigado. Los budistas no necesariamente ven el sufrimiento como un castigo divino, sino algo que debe ser superado a través del desprendimiento de objetos materiales y relaciones.
El Antiguo Testamento contiene algunas historias que describen el sufrimiento como resultado de la debilidad en la devoción a Dios. Algunos judíos creen que el sufrimiento se debe al libre albedrío que Dios le dio a los humanos, y que Su propósito en permitir el sufrimiento de los inocentes debe ser bueno, aunque misterioso. Por muchos siglos, el Libro de Job dio forma a las creencias judías del sufrimiento, pero el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial llevó a muchos a repensar sus opiniones sobre este tema.
- En el islam, el sufrimiento es considerado como un camino para someterse a la voluntad de Dios. El islam ve algunos sufrimientos como una obra de Satanás o sus asociados en el mundo de los espíritus (el “genio”), permitido por Dios como una prueba de humildad y fe. Muchos musulmanes creen que el sufrimiento y la adversidad fortalece la fe personal, y también que el dolor a menudo conduce al arrepentimiento, la oración y las buenas obras.
- El cristianismo adoptó la historia de Adán y Eva en el libro del Génesis por muchos siglos como una justificación para la existencia del sufrimiento. Los cristianos típicamente entienden que existía un pasado perfecto en el Edén, en cual los seres humanos cayeron en el pecado – y que todos los humanos son pecadores de nacimiento. La mayoría de los cristianos creen que Cristo apareció como el Redentor de todos los pecados humanos, que los frutos de la vida de cada ser humano pueden llevar a la persona a incurrir en la condenación eterna o alcanzar la salvación.
Hoy en día, muchos cristianos consideran la historia de la creación como completamente simbólica. Desde este punto de vista, los conceptos “una caída de la gracia” o “condenación eterna” son vistas como expresiones que describen un proceso de revelación de la conciencia. A pesar de esta nueva interpretación, algunos cristianos aún ven la historia de Adán y Eva como una verdad literal.
Este breve resumen de varias explicaciones y justificaciones de la existencia del sufrimiento en las grandes religiones del mundo sólo roza la superficie de uno de los más profundos y más persistentes debates de la humanidad.
En el siglo XVII, el filósofo alemán Leibniz introdujo el concepto de “Teodicea”, el cual es un intento por demostrar que la presencia del sufrimiento en el mundo no entra en conflicto con la bondad de Dios. Leibniz creía que el sufrimiento traía consigo un buen mayor, o impedía un mal aún mayor; por esta razón, dijo, vivimos en el “mejor mundo posible.”
Cien años más tarde Voltaire rechazó rotundamente el concepto de teodicea, dando como ejemplo el terremoto de Lisboa en 1755, que mató a miles de personas. Para este filósofo francés, el sufrimiento surge de manera aleatoria, brutal e injusta, aparentemente inmerecida y excesiva.
También durante la edad de la Iluminación, el filósofo escocés David Hume repitió las viejas preguntas de Epicuro: ¿Está Dios dispuesto a prevenir el mal, pero no puede? Entonces es impotente. ¿Él puede, pero no está dispuesto? Entonces es malévolo. ¿Puede y está dispuesto? ¿de dónde proviene el mal?
Después de muchos siglos de debates teológicos y filosóficos, la pregunta se mantiene: ¿Si Dios es perfecto, por qué no vivimos en un mundo perfecto? Considerando la realidad del pegado y el sufrimiento, ¿Dios existe? Si hay sufrimiento, ¿Por qué parece tan desproporcionado e injusto? ¿Por qué Dios permite el sufrimiento de la gente inocente, especialmente niños? ¿Fue Dios quién creó el sufrimiento? ¿Dónde está Dios cuando sufro?
En esta serie de ensayos, echaremos un vistazo serio a estas preguntas muy serias y ver si podemos encontrar algunas respuestas satisfactorias. Exploraremos la perspectiva bahá’í del sufrimiento, única entre todas las grandes religiones del mundo, y examinaremos su relación con la pregunta profunda que ‘Abdu’l-Bahá hace:
“Y si una vida humana, con su ser espiritual, estuviese limitada a este lapso terrenal, entonces, ¿cuál sería la cosecha de la creación?”
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