Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Todos los días me despierto con noticias sobre el empeoramiento de la tragedia de la guerra, y cada noche me duermo con visiones de una población ucraniana aterrorizada, luchando por su país y la supervivencia de sus hijos.
Pero anoche fue diferente: las noticias me mostraron imágenes edificantes que renovaron mi esperanza en la humanidad.
Decidí entonces que trataría de encontrar ejemplos positivos de cómo la comunidad mundial está dando un paso adelante para apoyar al asediado pueblo de Ucrania. Tras buscar un poco, encontré cuatro ejemplos maravillosos.
En primer lugar, el director general de Airbnb pidió a los habitantes de Polonia, Alemania, Rumanía y Hungría que abrieran sus casas a los ucranianos que cruzaran la frontera. La empresa dijo que este alojamiento será financiado por Airbnb Inc., los donantes del Fondo para Refugiados de Airbnb.org, y a través de la generosidad de los anfitriones en todo Airbnb.org. Airbnb.org y Airbnb anunciaron que ofrecerán alojamiento gratuito de corta duración para hasta 100.000 refugiados que huyen de Ucrania. También se han comprometido a trabajar estrechamente con los gobiernos para apoyar mejor las necesidades específicas de cada país, lo que incluirá la provisión de estancias de más larga duración. Para ayudar, haz clic aquí.
Este tipo de compromiso altruista con el bienestar de la humanidad ejemplifica el espíritu bahá’í. En París, hace más de un siglo, Abdu’l–Bahá dijo:
Esto es adoración: servir a la humanidad y proveer las necesidades de las gentes. El servicio es oración. Un médico atendiendo a los enfermos cariñosa, tiernamente, libre de prejuicios y creyendo en la solidaridad de la raza humana, está ofreciendo alabanzas.
En segundo lugar, la organización mundial sin ánimo de lucro «World Central Kitchen», fundada por el chef José Andrés, se movilizó rápidamente en respuesta a la invasión rusa de Ucrania. En un paso fronterizo peatonal del sur de Polonia, sirven comidas las 24 horas del día. Estos esfuerzos han crecido hasta llegar a lugares en múltiples cruces fronterizos, así como a restaurantes locales, preparando comidas para los residentes de Odessa y Lviv en Ucrania. Andrés expresó su preocupación:
«Gente del mundo… Al igual que ustedes, estoy angustiado viendo a Ucrania bajo ataque. Debemos unirnos como una fuerza del bien», escribió el chef hispanoamericano en Twitter el viernes. En un vídeo de seguimiento, Andrés dijo: «Chicos, hay muchas maneras de luchar. Algunos luchan asegurándose de que la gente esté alimentada». (Véase aquí)
En tercer lugar, un grupo de recaudación de fondos, «Gather for Good», organizó una gigantesca venta de pasteles en restaurantes y panaderías con participantes de las comunidades de San Francisco, Los Ángeles y San Diego (California). Los panaderos y cocineros vendieron una gran variedad de dulces cuya recaudación se destinó íntegramente a Ucrania. Una de las fundadoras de «Gather for Good», Steph Chen, quería marcar la diferencia:
«Definitivamente hay un sentimiento colectivo de pesadez y temor», dijo Chen. «Siento que abro las noticias o veo diferentes medios que sigo en las redes sociales y cada vez es peor y peor, y es bastante difícil sentir que tienes que quedarte al margen». (Véase aquí)
Como todos somos una familia humana, Bahá’u’lláh escribió:
Un acto, por infinitesimal que sea, cuando se le ve en el espejo del conocimiento de Dios, es más poderoso que una montaña. Cada gota ofrecida en Su sendero es como el mar en ese espejo.
Y en cuarto lugar, los alemanes y muchas otras nacionalidades europeas han acudido en masa a ayudar. Es alentador para mí centrarme en nuestra humanidad común en este momento, y en todos aquellos que están ayudando, no perjudicando, en este período precario de nuestra historia.
Algo que me inspiró especialmente fue un vídeo de ucranianos cansados saliendo de un tren en Alemania. El operador ferroviario Deutsche Bahn permite a los refugiados viajar gratis. Cuando los ucranianos llegan, son recibidos por gente del pueblo con carteles que ofrecen alojamiento en sus casas como alternativa a los refugios públicos. Incluso en medio de una pandemia mundial, estas personas altruistas renuncian a su comodidad y seguridad por una población a la que nunca han visto.
Paulin Nusser, un estudiante de 26 años que vive en un apartamento compartido, sostiene un cartel en el que ofrece su sofá para pasar unas noches: «Te sientes un poco desamparado, así que quería al menos ayudar a alguien a dormir bien unas cuantas noches», explica Nusser.
Los alemanes también han montado un centro de acogida con voluntarios que sirven comida. Hay ropa, zapatos y carritos para bebés, además de juguetes para los niños. Hay voluntarios que hablan diferentes idiomas para ayudar a orientar a los necesitados. Estos son solo algunos ejemplos de cómo la gente noble, compasiva y benévola del mundo está reaccionando ante esta crisis que, nos demos cuenta o no, nos afecta a todos. Tenemos un largo camino que recorrer, pero cada uno de nosotros puede desempeñar un papel en el proceso de ayudar a otros miembros de la familia humana y, en el proceso, unir finalmente nuestro planeta. ¿Qué papel vas a desempeñar tú?
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