Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
La música, una forma de expresión que consuela al solitario, sana al enfermo y da poder a las masas, puede desatar un recuerdo. La música, al igual que una sonrisa, una lagrima, trasciende todas las culturas. Al igual que el amor, todos escuchamos la música de manera distinta, sin embargo, cuando la acogemos, un aprecio y cariño se forman. La música expresa nuestra humanidad.
En los escritos bahá’ís, Bahá’u’lláh dice:
“En verdad, hemos hecho de la música una escala para vuestras almas, un medio por el cual puedan ascender al dominio de lo alto.” – Bahá’u’lláh, El Kitáb-I-Aqdas, página 40.
Y ‘Abdu’l-Bahá dice:
“[…] En este glorioso período la Luz Manifestada, Bahá’u’lláh, ha revelado en Tablas Sagradas que el canto y la música son el alimento espiritual de los corazones y las almas. En esta dispensación, la música es una de las artes que alcanzan gran reconocimiento, y se le considera como la causa de exaltación de los corazones tristes y abatidos.” – ‘Abdu’l-Bahá, Bahá’í World Faith: Selected Writings of Bahá’u’lláh and ’Abdu’l-Bahá, página 378.
Pretenda por un momento que he mencionado el nombre de varios pianistas, especialmente varios con nombres persas. Ahora imagine a estos bellos pianistas tocando en un maravilloso concierto en Irán. Imagine la habitación inundada de sonidos que hacen que su sangre hierva con pasión y arrobamiento. La música alivia su mente y su corazón late y descansa cada vez que los dedos del pianista flotan sobre las teclas. Usted se siente feliz, empoderado, con energía. Ahora, por el bien de esta historia, aparte la mirada de su pantalla e intencionalmente pause por un minuto. La melodiosa música que acaba de escuchar fue el sonido de la libertad que la mayoría de nosotros da por sentado.
Esto se trata de algo más que la música y la amplia estética del arte y el espectáculo. Se trata de aprovechar el talento, un talento que el país de Irán oculta. El supremo líder iraní, Ayatollah Ali Khamenei ha dicho que la música “no es compatible con los valores de la República Islámica y no debe practicarse o enseñarse en el país”. Hace diez meses, cinco músicos iraníes fueron arrestados y encarcelados según The Guardian (Artículo: Iranians pump up the volume for banned tunes) bajo la acusación de haber colaborado con músicos de Los Ángeles y canales satelitales de TV. Los músicos se enfrentan a multas y posibles prohibiciones para producir e incluso escribir música.
Lamentablemente, no podremos escuchar su creatividad ni sus obras maestras porque el régimen iraní ha privado, tanto a ellos como a nosotros, de este derecho. Ellos no podrán explorar su interpretación o tocar sus propias piezas.
En una pequeña ciudad en Massachusetts, una abogada de profesión, Vanda Marie Khadem, una bahá’í persa, toca el piano intencionalmente. Ella nunca ha estudiado piano, tampoco puede leer música, pero la extraordinaria interpretación de Vanda nos lleva a un viaje de amor y conmemoración.
Mientras Vanda lo describe, se sienta en el piano y permite que sus dedos se muevan. “No pienso en absolutamente nada, luego, cuando la melodía toma forma, una persona viene a mi mente y la composición fluye desde allí.”
Vanda compone naturalmente, con destacados bahá’ís de este y oeste en mente, algunos de ellos son figuras históricas bien reconocidas y otros no conocidos en absoluto. Actualmente ella está trabajando en su segundo álbum, compone música inspirada en Phoebe Hearst, una de las primeras bahá’ís de Norteamérica que defendió la igualdad de derechos para las mujeres, así como varias otras piezas en honor de los pioneros defensores de la justicia social y de hombres y mujeres motivados espiritualmente. “Quiero traerlos a la vida en nuestros recuerdos y honrarlos, y si mi música contribuye a esto estaré agradecida.” Ella ofrece tributo a los hombres y mujeres que han hecho sacrificios para potenciar las progresivas enseñanzas bahá’ís alrededor del mundo.
La música de Vanda representa aquellos héroes y heroínas que han dejado huella en nuestra historia bahá’í. Ella toca para recordar, de tal manera que, ni ella ni nosotros los olvidemos.
Aquí hay un enlace donde puede escuchar la canción “Zuhur”.
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