6 poderosas oraciones por seguridad y protección

«El 58% de las personas que viven en Estados Unidos dicen sentirse preocupadas por su seguridad diariamente», según el informe sobre el estado de la seguridad 2019 de SafeWise.

De hecho, este hábito diario de preocupación puede paralizarnos a través del miedo y quitarnos el poder de querer marcar la diferencia. Debes saber que nunca estás solo y que Dios está contigo: vigilando a todas las personas y circunstancias que tú no puedes controlar.

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Espero que estas oraciones bahá’ís de seguridad y protección te reconforten cuando tengas miedo, te protejan cuando estés en peligro y te den poder para hacer de este mundo un lugar más seguro.

1. Una breve oración por protección durante desastres naturales

Si te preocupan las inundaciones, los incendios, las pandemias, los huracanes o los tornados, Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la Fe bahá’í, reveló esta breve y poderosa oración. Él escribió:

Cuando acontezcan sucesos naturales estremecedores, recordad la fuerza y majestad de vuestro Señor, Quien todo lo escucha y lo ve, y decid: «El dominio es de Dios, Señor de lo visible y lo invisible, Señor de la creación».

2. Una oración por seguridad y protección durante un viaje

Bahá’u’lláh reveló esta maravillosa oración por protección y seguridad durante un viaje. Si tú o tus seres queridos están de viaje y quieres pedirle a Dios que te ayude a volver a casa sano y salvo, te animo a recitar esta oración:

¡Oh Dios, mi Dios! He salido de mi hogar aferrándome fuertemente a la cuerda de Tu amor, y me he encomendado enteramente a Tu cuidado y protección.

Te imploro, por Tu poder, por medio del cual protegiste a Tus amados del descarriado y del perverso, de todo opresor contumaz y de todo malhechor que se ha apartado lejos de Ti, que me protejas mediante Tu munificencia y Tu gracia.

Permíteme, pues, regresar a mi hogar por Tu fuerza y Tu poder. Tú eres, en verdad, el Todopoderoso, Quien ayuda en el peligro, Quien subsiste por Sí mismo.

3. Una oración para protegerse de la envidia y el rencor

Estoy muy agradecida de que Abdu’l-Bahá, una de las figuras centrales de la Fe bahá’í, revelara esta oración para protegernos del rencor y la envidia.

Hace años, estuve rodeada de algunas personas que sentían envidia hacia mí y me lo dejaron claro. Sus comentarios amargos y sus miradas de ojos verdes hacían extremadamente difícil estar cerca de ellos. Entonces, decidí memorizar esta oración y recitarla todos los días. Algunas personas dejaron de lanzar sus comentarios resentidos y otras ya no están en mi vida. Esta poderosa oración me protegió del rencor y me permitió exigir respeto. Me ayudó enormemente y puede ayudarte a ti también:

¡Oh Dios, mi Dios! Escuda a Tus siervos leales contra los males del egoísmo y la pasión; protégelos con la mirada vigilante de Tu amorosa bondad de todo rencor, odio y envidia; ampáralos dentro de la fortaleza inexpugnable de Tu cuidado y, libres de los dardos de la duda, hazlos las manifestaciones de Tus gloriosas señales; ilumina sus rostros con los refulgentes rayos emanados de la Aurora de Tu divina unidad; alegra sus corazones con los versículos revelados desde Tu reino de santidad; y fortalece sus espaldas con Tu poder irresistible proveniente de Tu dominio de gloria. Tú eres el Todogeneroso, el Protector, el Todopoderoso, el Magnánimo.

4. Una oración por ayuda y protección contra los malvados

Las personas envidiosas pueden volverse peligrosas si se vuelven hacia el desprecio y el odio. En esta oración que fue revelada por el Bab, el precursor y heraldo de Bahá’u’lláh, imploramos a Dios que nos ayude y proteja contra aquellos que quieren hacernos daño y desean que nos ocurran cosas malas:

¡Gloria sea a Ti, oh Señor! Tú eres el Dios que ha existido antes de todas las cosas, Quien existirá después de todas las cosas y perdurará más allá de todas las cosas. Tú eres el Dios que conoce todas las cosas y predomina sobre todas las cosas. Tú eres el Dios que trata con misericordia a todas las cosas, Quien juzga entre todas las cosas y Cuya visión abarca a todas las cosas. Tú eres Dios mi Señor, Tú eres consciente de mi posición, Tú presencias mi ser interior y exterior.

Concédenos Tu perdón, a mí y a todos los creyentes que respondieron a Tu Llamamiento. Sé mi socorro suficiente contra las maldades de quien quiera causarme dolor o me desee algún mal. Verdaderamente, Tú eres el Señor de todas las cosas creadas. Tú eres suficiente para todos, mientras que nadie puede ser autosuficiente sin Ti.

5. Una oración por la protección espiritual, la seguridad y la guía

Bahá’u’lláh pide a Dios que alegre los corazones de los que se han vuelto hacia Dios y nos mantenga a salvo de la ociosidad y la vanidad en esta oración. Puede que quieras recitar esta oración si necesitas protección e iluminación espiritual:

¡Alabado sea Tu Nombre, oh Señor mi Dios! Te suplico, por Tu Nombre, mediante el cual ha sonado la Hora, la Resurrección ha tenido lugar y el miedo y el estremecimiento se han apoderado de todos los que están en el cielo y en la tierra, que hagas llover del cielo de Tu misericordia y de las nubes de Tu tierna compasión aquello que alegre los corazones de Tus siervos, que se han vuelto hacia Ti y han ayudado a Tu Causa.

Protege a Tus siervos y a Tus siervas, oh mi Señor, de los dardos de las ociosas fantasías y vanas imaginaciones, y dales de beber, de las manos de Tu gracia, un sorbo de las mansas aguas de Tu conocimiento.

Tú eres, en verdad, el Todopoderoso, el Exaltadísimo, Quien siempre perdona, el Más Generoso.

6. Una oración de protección y salvaguarda frente a las dificultades

En un mundo de tanto dolor, calamidad y dificultades, esta oración que Abdu’l-Bahá reveló te da la armadura espiritual, el escudo y la fortaleza que necesitas para protegerte «de toda enfermedad, prueba, dificultad y desdicha»:

¡Oh mi Señor! Tú sabes que la gente está rodeada de dolor y calamidades, y envuelta en privaciones y dificultades. Toda prueba asedia al hombre, y toda adversidad acuciante lo asalta como el ataque de una serpiente. No hay refugio ni asilo para él sino bajo el ala de Tu protección, de Tu preservación, resguardo y cuidado.

¡Oh Misericordioso! ¡Oh mi Señor! Haz de Tu protección mi armadura, de Tu preservación, mi escudo, de la humildad ante la puerta de Tu unicidad, mi resguardo, y de Tu custodia y defensa, mi fortaleza y mi morada. Protégeme de las insinuaciones del yo y del deseo, y guárdame de toda enfermedad, prueba, dificultad y desdicha.

¡Verdaderamente, Tú eres el Protector, el Guardián, el Preservador, el Suficiente y, en verdad, Tú eres el Más Misericordioso de los misericordiosos!

Que estas oraciones te protejan a ti, y a tus seres queridos, y te mantengan a salvo del peligro emocional, espiritual y físico.