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Historia

¿Qué ocurrió con los bahá’ís alemanes durante el régimen nazi?

Caroline Fowler | Jul 26, 2023

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Caroline Fowler | Jul 26, 2023

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La fe bahá’í comenzó en Persia a mediados del siglo XIX, pero se extendió rápidamente por todo Occidente, incluidas Europa y Norteamérica. En Alemania, sin embargo, los nazis pretendieron detenerla.

El establecimiento de la Fe bahá’í en Alemania comenzó en 1905, cuando un pequeño grupo de bahá’ís que se mudaron desde Estados Unidos trajeron consigo su religión.

Dos personas de ese grupo eran originariamente alemanas: Edwin Fischer y Alma Knobloch. El Dr. Edwin Fischer, dentista, emigró en 1878 de Alemania a Nueva York, se hizo bahá’í allí y luego regresó a Stuttgart. Como bahá’í entusiasta, el Dr. Fisher mencionaba las enseñanzas bahá’ís a menudo, incluso a sus pacientes. La otra bahá’í alemana, Alma Knobloch, se hizo bahá’í en Estados Unidos en 1903 y llegó a Alemania procedente de la residencia de su familia en Washington, D.C. en 1907. Pronto los alemanes comenzaron a convertirse en bahá’ís, formando la primera Asamblea Espiritual Local bahá’í en 1908.

Cinco años más tarde, en 1913, Abdu’l-Bahá, el líder designado de la Fe e hijo del fundador, Bahá’u’lláh, viajó a Stuttgart, Esslingen y Bad Mergentheim, afianzando la religión en Alemania.

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Tras la Primera Guerra Mundial, la comunidad bahá’í de Alemania continuó creciendo, haciéndose más activa y prominente, como demuestra la creación de una editorial de obras bahá’ís y la coordinación de conferencias nacionales. La Fe creció y se extendió, lo que llevó a la elección de Asambleas Espirituales Locales bahá’ís en muchas ciudades y pueblos alemanes.

Sin embargo, este impulso comenzaría a cambiar ya en 1936, cuando los comercios bahá’ís de Stuttgart fueron objeto de actos vandálicos y los propietarios de negocios bahá’ís fueron amenazados, haciéndose eco de los prejuicios iniciales del régimen nazi contra los judíos, ya que muchos de los nuevos bahá’ís alemanes procedían de entornos judíos. En 1937, el Reichsfuhrer de las SS nazis Heinrich Himmler, uno de los principales arquitectos del Holocausto, emitió una orden prohibiendo la Fe bahá’í y todas sus instituciones debido a sus «tendencias internacionales y pacifistas».

Aunque los bahá’ís no se involucran en política partidista, las enseñanzas bahá’ís definitivamente sí abogan por el fin de la guerra y la unidad de todas las naciones, como Abdu’l-Bahá declaró en sus escritos:

… la razón por la cual Dios Se ha manifestado a Sí mismo y han resplandecido estas luces ilimitadas de lo Invisible no es sino educar las almas de los hombres y refinar el carácter de todos los que habitan la tierra, para que los seres benditos que se han librado de la lobreguez del mundo animal desplieguen aquellas cualidades que constituyen el ornamento de la realidad del hombre. El propósito es que las criaturas que son terrenales se conviertan en celestiales, que aquellos que caminan en la oscuridad entren en la luz, que quienes están excluidos ingresen en el círculo interior del Reino y que los que son como la nada lleguen a ser los íntimos de la Gloria sempiterna. Que los desposeídos obtengan su porción del ilimitado mar y los ignorantes beban a plenitud de la fuente de vida del conocimiento; que aquellos que están sedientos de sangre abandonen su salvajismo y los que están armados de garras se vuelvan mansos y tolerantes, y quienes aman la guerra busquen la verdadera reconciliación; que las bestias de afi ladas garras disfruten de los beneficios de la paz perdurable; que los impuros sepan que existe el dominio de la pureza y los corruptos encuentren el camino que conduce a los ríos de la santidad.

El decreto de Himmler desencadenó una creciente persecución de los bahá’ís: los nazis derribaron varios monumentos conmemorativos bahá’ís, confiscaron o destruyeron todos los archivos y la mayoría de los libros privados y, finalmente, comenzaron a detener a los miembros del órgano de gobierno de la Fe en Alemania, la Asamblea Espiritual Nacional, en 1939.

En 1942 se produjeron nuevas detenciones masivas y algunos bahá’ís alemanes fueron enviados a campos de concentración, donde finalmente murieron. Los líderes bahá’ís encarcelados fueron juzgados en Darmstadt en 1944, con claros indicios de que el veredicto estaba predeterminado. A pesar de su contundente defensa, el gobierno nazi declaró culpables a todos los seguidores, les impuso importantes multas y ordenó la disolución de todas las actividades y confraternización bahá’ís.

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La historia de la Fe bahá’í en Alemania, especialmente antes y durante la Segunda Guerra Mundial, es relativamente escasa, incluso para los propios bahá’ís. El gobierno destruyó la inmensa mayoría de los documentos administrativos, las obras publicadas y los escritos personales durante este periodo, dejando un reducido corpus de pruebas sobre las que reflexionar. Sin embargo, hoy en día se dispone de algunas historias desgarradoras y trágicas de la persecución de bahá’ís en la Alemania nazi a través de cartas, relatos de testigos, entrevistas y memorias. El estudio de estos casos concretos de persecución, que incluyeron detenciones y asesinatos, permite comprender el trato, a menudo pasado por alto, que recibieron los grupos religiosos minoritarios bajo el régimen de Hitler.

El compromiso de las víctimas con los principios bahá’ís fundamentales y su negativa a desvincularse de las actividades bahá’ís ejemplificaron una práctica de fiel disidencia a un sistema que se oponía a sus creencias. Himmler y el régimen nazi se vieron amenazados por el deseo bahá’í de paz y unidad internacional, pero a pesar de su represión y su crueldad, no pudieron detener la lucha de los bahá’ís alemanes por alcanzar esos objetivos.

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