Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
La pasada cena de Acción de Gracias en la casa de nuestro vecino, fuimos alrededor de la mesa para que cada persona pudiera nombrar dos razones para estar agradecidos.
Este año expresamos nuestro agradecimiento por los huesos curados a tiempo para participar en el equipo de béisbol de la escuela, agradecimos por nuestros padres amorosos, por los nietos del vecino que han adoptado a mi esposo y a mí como abuelos honorarios, por vivir en Arizona donde uno ve el sol y puede comer al aire libre en noviembre (en oposición a la cena en el interior después de palear la nieve para hacer un camino para la entrada de familia y amigos), y otros pensamientos de agradecimiento con los que todo el mundo podría relacionarse. Me di cuenta que, de un grupo de 15 personas, ninguna persona nombró un elemento material.
Regresé a casa dando mucho pensamiento al tema del agradecimiento, y comencé a ver cuán larga una lista de gratitud podría hacer. Este año:
- Estoy agradecida por haber experimentado, como niña, una familia en dificultades financieras. Eso me enseñó la diferencia entre lo que quiero y lo que necesito. También demostró la bondad y generosidad de extraños que luego se convirtieron en amigos de toda la vida.
- Estoy agradecida de haber tenido un padre amoroso y divertido que amaba la vida y me enseñó a hacer cada día y cada momento uno de alegría. Todo está en la actitud.
- Y hablando de actitud, mi madre me enseñó a afrontar las dificultades, especialmente la enfermedad, con dignidad y aceptación, mientras que ambos de mis padres demostraron cuán importante es mantener un sentido de humor sin importar las circunstancias.
- Estoy agradecida a mi esposo por 52 años de amoroso compañerismo y valores compartidos, especialmente desde que nuestros amigos trataron de convencernos de casarnos y después hicimos apuestas sobre cuánto duraría. ¡Los engañamos!
- Estoy agradecida por mi hijo e hija quienes han aprendido que el servicio a los otros es parte de vivir una vida completa. Ambos son ex voluntarios del Cuerpo de Paz y nuestro hijo realizó su Año de Servicio Bahá’í en su juventud en Botsuana. Nuestra hija, una acupuntora, participó en una clínica gratuita periódica para veteranos.
- Estoy agradecida por una nuera que nos llama mamá y papá y quien dejó todo para venir a quedarse con nosotros cuando mi esposo se sometió a cirugía de corazón.
- Estoy agradecida de haber aprendido a una edad temprana a hablar con Dios diariamente, compartir mis miedos y preocupaciones, y mis alegrías y éxitos – orar por Su guía y confiar en que Él me tomará de la mano a través de todas mis pruebas y tribulaciones, así como estará junto a mí en los “buenos” tiempos.
- Estoy agradecido de haber encontrado la Fe Bahá’í mientras estaba en mi adolescencia, y de haber tenido sus principios unificadores convirtiéndolos en una parte integral de mi vida.
Podría seguir y seguir, pero basta de mí. ¿Por qué está usted agradecido? ¿Se enfrenta a muchas pruebas en su vida? ¿Es difícil a veces dar sentido a todo eso? ¿A veces siente que no hay mucho en su vida que impulse su gratitud?
Pruebe esto: cada noche, tome un momento para pensar en al menos una cosa por la que está agradecido. Escríbala. Deje que se convierta en una lista de gratitud que pueda leer de tiempo en tiempo. Traerá luz cuando las cosas parezcan oscuras; le dará esperanza.
Esperemos que su lista de gratitud crezca mucho, y tenga un impacto sostenido y optimista en su espíritu.
‘Abdu’l-Bahá le dio este poderoso y sabio consejo para facilitar los problemas de una mujer que se lamentaba sus desafíos:
No te aflijas por las dificultades y privaciones de este mundo inferior ni te alegres en los tiempos de holgura y bienestar, pues ambos pasarán. Esta vida presente es como una ola que crece o un espejismo, o como sombras pasajeras. ¿Puede alguna vez servir de agua refrescante una imagen distorsionada en el desierto? ¡No, por el Señor de los Señores! Nunca la realidad y la mera apariencia de realidad podrán ser la misma cosa, y considerable es la diferencia entre la fantasía y el hecho, entre lo verdadero y lo ilusorio.
Has de saber que el Reino es el mundo real y este lugar inferior es tan sólo su sombra extendida. Una sombra no tiene vida propia; su existencia es sólo una fantasía y nada más; no son sino imágenes reflejadas en el agua que al ojo aparecen como pinturas.
Cuenta con Dios; confía en Él. Alábale y recuérdale continuamente. Él, ciertamente, transforma la dificultad en tranquilidad, la pena, en consuelo, y el afán, en completa paz. Él, en verdad, tiene dominio sobre todas las cosas.
Si quieres prestar atención a mis palabras, líbrate de las cadenas de cualquier cosa que ocurra. Es más, en todas las condiciones agradece a tu amante Señor y confía tus asuntos a Su Voluntad, la cual actúa como a Él Le place. Ello, ciertamente, es mejor para ti que todo lo demás, en cualquiera de los dos mundos. – Selección de los escritos de ‘Abdu’l-Bahá, páginas 238-239
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