El efecto de las expectativas en la curación

¿Pueden las expectativas afectar la curación y la recuperación? ¿Se puede sanar sin expectativas? ¿Qué papel desempeña la oración en nuestra curación física? 

Me hice estas preguntas después de leer un artículo esta mañana en el que el autor contaba la historia de una joven con dolor de garganta. 

Hizo que alguien le pusiera las manos en la garganta y rezara una oración de curación, y cuando lo hizo, ella sintió que un calor se colaba en sus poros y el dolor de garganta desapareció. Me pregunté: ¿Es esto posible? ¿Existe una relación entre orar con intención y curar una enfermedad física?

Los bahá’ís creen en la concordancia entre la ciencia y la religión, y el fundador de la fe bahá’í, Bahá’u’lláh, ordenó que quienes tuvieran enfermedades físicas debían consultar a un médico competente. En su Libro Más Sagrado, Bahá’u’lláh escribió:

En la hora de la enfermedad recurrid a médicos competentes. No hemos descartado el uso de medios materiales; antes bien lo hemos confirmado mediante esta Pluma, convertida por Dios en el Punto de Amanecer de Su brillante y gloriosa Causa.

Sin embargo, las enseñanzas bahá’ís también señalan que algunos males son físicos y otros espirituales. Abdu’l-Bahá, hijo y sucesor de Bahá’u’lláh, escribió:

Las dolencias que se producen a consecuencia de causas físicas deben ser tratadas por los doctores con remedios médicos; aquellas que se deben a causas espirituales desaparecen a través de los medios espirituales. Así, una dolencia causada por la aflicción, el temor o impresiones nerviosas será curada más eficazmente por un tratamiento espiritual que por uno físico. En consecuencia, deben seguirse ambas clases de tratamiento; no son contradictorias.

Estaba intrigada, así que le planteé la pregunta a un amigo mío. Me recordó una vez que un médico le dijo que tendría que operarse de una doble hernia. Él no quería operarse, así que puso su mano sobre la hernia y oró por su curación todas las noches durante unos tres meses. Cuando pidió a su médico que comprobara el estado de su hernia, éste se quedó perplejo al no encontrar nada. La hernia había desaparecido. 

Inspirada por estas historias, me di cuenta de que me dolían los hombros por pasar demasiadas horas frente al ordenador, así que me puse las manos en los hombros, recité una oración de curación bahá’í y obtuve un alivio inmediato. Desde entonces, estoy enganchada. No siempre funciona, por supuesto, pero estoy desarrollando el hábito de hacerla mi primera línea de defensa contra cualquier dolor. 

Hace poco recordé que Abdu’l-Bahá, el hijo y sucesor de Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la fe bahá’í, nos dijo:

…cuando hay una conexión total y perfecta entre el médico espiritual y el paciente, es decir, una conexión en la que el médico concentra toda su atención en el paciente y este, a su vez, concentra toda su atención en el médico espiritual y confía en la curación, se produce una excitación nerviosa con la que se recupera la salud. Pero esto es efectivo solo hasta cierto punto y no en todos los casos.

El Dr. J.E. Esslemont, médico y autor que escribió un libro de introducción a la fe bahá’í titulado Bahá’u’lláh y la Nueva Era, sugirió que: “Efectos mucho más poderosos resultan del propio estado mental del paciente, y la “sugestión” puede desempeñar un papel importante en la determinación de ese estado. El temor, la ira, la preocupación, etc., son muy perjudiciales para la salud, mientras que la esperanza, el amor, el gozo, etc., son muy beneficiosos”.

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Los escritos bahá’ís se refieren a menudo a las almas santas que han muerto como «el Concurso de lo Alto» quienes tienen un «servicio en ambos mundos» y creo que son un recurso muy poco utilizado. Según tengo entendido, están dispuestas a ayudar. Por ejemplo, otro amigo mío me contó que hizo una lista de todos sus amigos que habían fallecido, y sus ocupaciones. Ahora, cuando su coche se estropea, ora para que le ayude un mecánico; cuando necesita una cita con un médico, dirige su oración a una recepcionista médica que conoció en su día y que ya ha pasado al otro mundo.

Los bahá’ís creen que Dios es nuestro «Médico Divino». Tengo que recordar que debo acudir a este médico al menos con la misma frecuencia, si no más, que a mi médico habitual. Abdu’l-Bahá nos recuerda:

Los aspectos relacionados con el espíritu del hombre tienen un gran efecto en su condición corporal. Por ejemplo, deberías transmitir alegría… proporcionarle consuelo y regocijo, y conducirle al éxtasis y a la exultación. Cuántas veces ha ocurrido que esto ha causado una pronta recuperación… Los sentimientos espirituales tienen un efecto sorprendente en la curación de las dolencias nerviosas.

Me pregunto si estas experiencias son más comunes de lo que pensaba. ¿Te ha sucedido alguna vez? Si es así, me encantaría escuchar tus historias en los comentarios de abajo.