Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
La misión principal de Bahá’u’lláh, Quien los bahá’ís creen ser el más reciente de los Mensajeros y Profetas de Dios, es traer la paz a través de la unificación de la humanidad.
Algunas de las enseñanzas sociales traídas por Bahá’u’lláh, e incluso quizá más revolucionarias porque se manifestaron en un reducto particularmente atrasado del fanatismo islámico a mediados del siglo XIX, son:
El acuerdo entre la ciencia y la religión,
La igualdad de mujeres y hombres,
La necesidad de soluciones espirituales al problema de la desigualdad económica,
La abolición de prejuicios y la necesidad de igualdad racial,
La necesidad de un único idioma mundial,
Un tratado comprensivo que establezca las fronteras entre las naciones,
El establecimiento de un gobierno mundial con suficiente poder para prevenir la destrucción global.
Ciertamente la mayoría de los científicos, o de hecho cualquier persona pensante, vería el beneficio de estas enseñanzas sociales progresistas. El único debate es si son prácticamente posibles. De hecho, no son razonablemente posibles en ausencia de la contribución positiva de la fe religiosa, pero cuando se consideran en el contexto de tal fe, los bahá’ís creen que no sólo son posibles sino inevitables.
Esa convicción proviene de un proceso que es directamente observable, pero fundamentalmente misterioso. Un impulso inicial, quizás tenue e incierto, de la fe religiosa, alienta la práctica más consistente de las enseñanzas espirituales básicas, como la Regla de Oro, y también la observación de ordenanzas religiosas específicas como la oración regular. El éxito inicial de estas prácticas en «construir una mejor persona» fomenta la adhesión creciente a las enseñanzas. Una vez que el proceso alcanza una masa crítica de creyentes, el impacto de estas transformaciones personales comienza a mejorar la vida de la comunidad, lo cual tiene otros efectos positivos sobre la sociedad.
Todo este proceso es directamente observable, de hecho, probablemente comprobable de manera cuantitativa si se desea. Lo que no es observable y está fuera de la comprensión humana, es el proceso preciso mediante el cual Dios transmuta la fe tentativa y la adhesión incompleta a las enseñanzas espirituales en hechos mayores y una mayor fe. Pero esta transformación se promete a cualquier persona que haga un esfuerzo honesto, incluidos los científicos.
El desafío para todos nosotros es examinar nuestras suposiciones acerca de Dios y la religión, y preguntarnos si nuestras observaciones han sido distorsionadas por la antigua tendencia humana a imitar y seguir sin cuestionar. ¿Los múltiples casos de fanatismo, intolerancia, prejuicio e hipocresía nos han impedido reconocer el poder de la esencia de la enseñanza religiosa para transformar el corazón humano y por lo tanto cambiar la sociedad humana?
El tiempo en que sólo unos pocos fueron considerados competentes para ofrecer una explicación relevante de los escritos de las religiones del mundo es del pasado. Podemos y debemos pensar y cuestionarnos por nosotros mismos. En el espíritu de un verdadero científico podemos llegar a ser buscadores de la verdad y la comprensión, ávidos y capaces de reconocer / descubrir la belleza donde nunca habíamos esperado encontrarla. Por ejemplo, la electricidad y la energía nuclear han estado latentemente presentes durante milenios, pero no sabíamos de ellos hasta la edad moderna. ¿Existen análogos espirituales a estos fenómenos que pueden afectar y mejorar nuestras vidas y mejorar nuestra capacidad de influir en el progreso social en el mundo de hoy? Podemos ser sistemáticos y diligentes en esta búsqueda, y siempre de mente abierta, pero nuestra apertura no debe confundir la «fe» con la creencia en cosas que son demostrablemente falsas. El rechazo a ser un buscador de la verdad y amante de la belleza en el mundo de hoy es posiblemente como un retraso para el progreso social como la superstición y la adhesión rígida a tradiciones desgastadas del pasado.
Nuestra pregunta original era una búsqueda para descubrir el propósito, el significado y la integridad que serían ennoblecedores y conducentes a la satisfacción permanente. Nuestra hipótesis para una respuesta es que la esencia de Dios está fuera de la capacidad o alcance de la ciencia para probar o refutar. Sin embargo, el ejemplo de la ciencia demuestra que la búsqueda y el descubrimiento de la verdad, y el valor para reconocerla, se aplica a la esencia y la belleza de la enseñanza religiosa.
¿Cuál es el propósito de Dios y de la religión? Bahá’u’lláh dice:
El propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y a Su Religión es proteger los intereses de la raza humana, promover su unidad, y estimular el espíritu de amor y fraternidad entre los hombres. – Pasajes de los escritos de Bahá’u’lláh, páginas 245-246.
Una consideración seria de la metodología proporcionada por Bahá’u’lláh para la realización de este objetivo y esta comprensión en nosotros mismos y en nuestra sociedad es digno del «científico» en todos nosotros.
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