Los 9 tipos de seguridad: De lo físico a lo emocional

Shoghi Effendi, el Guardián de la Fe bahá’í, declaró que la comunidad bahá’í «debe sentir que es su obligación principal e ineludible la de nutrir, alentar y salvaguardar cada minoría perteneciente a cualquier fe, raza, clase o nación, dentro de ésta».

Salvaguardar significa, según la definición del diccionario, «poner a salvo: PROTEGER». ¿Qué le viene a la mente cuando piensa en la necesidad de sentirse seguro? Mi mente piensa inmediatamente en seguridad psicológica y emocional, mi madre en seguridad médica y social, mi hermano en seguridad física y mi amigo en seguridad financiera.

Esto me hizo darme cuenta de lo importante que es para todos nosotros comprender los diferentes tipos de seguridad si queremos hacer todo lo posible para salvaguardar a todas las comunidades marginadas de las diversas formas de peligro.

1. Seguridad física

Para garantizar la seguridad física de los grupos demográficos oprimidos es necesario protegerlos de las amenazas físicas, la violencia y la explotación. La urgente necesidad de protección física queda patente en estas alarmantes estadísticas:

En 2022, se registraron 13.278 víctimas de delitos de odio en Estados Unidos, el 59% de ellos por motivos raciales. A nivel mundial, se estima que 49,6 millones de personas se encontraban en situación de esclavitud moderna durante un día cualquiera de 2021, incluidos los trabajos forzados, el matrimonio forzado y la trata con fines sexuales. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que «en promedio, 736 millones y hasta 852 millones de mujeres que tenían 15 años o más en 2018 (casi 1 de cada 3 mujeres)» han experimentado violencia física o sexual.

¿Qué estamos haciendo para garantizar que cada miembro de nuestra familia humana esté protegido de toda forma de daño físico? Abdu’l-Bahá, una de las figuras centrales de la Fe bahá’í, explicó que “Si alguno oprimiese, injuriase e hiciese daño a otro” … “la comunidad tiene derecho a defenderse y protegerse; además, la comunidad no siente odio ni animosidad contra el criminal; lo aprisiona y castiga simplemente para la protección y seguridad de los demás”.  – (Abdu’l-Bahá citado en el Advenimiento de la justicia divina, p. 131.)

Él continuó:

La constitución de las comunidades depende de la justicia… Entonces, cuando Cristo habla de clemencia y perdón, no quiere decir que cuando las naciones os ataquen, quemen vuestras casas, roben vuestros bienes, asalten a vuestras esposas, hijos y parientes y violen vuestro honor, debáis someteros a esos tiranos y enemigos y permitirles llevar a cabo sus crueldades y opresiones.

No; las palabras de Cristo se refieren a la conducta de dos individuos, del uno hacia el otro. Si una persona ataca a otra, el injuriado debe perdonarlo. Pero las comunidades deben proteger los derechos del hombre.

2. Seguridad medioambiental

El derecho a condiciones sanitarias e higiénicas adecuadas, aire y agua limpios, un clima estable y protección frente a sustancias químicas peligrosas, contaminación del suelo y niveles peligrosos de radiación son derechos humanos básicos que se han negado a tantas personas.

Esta negación de los derechos medioambientales básicos tiene consecuencias nefastas. Según la OMS, «el 24% de todas las muertes mundiales estimadas están relacionadas con el medio ambiente». Por ejemplo, 3,8 millones de personas mueren cada año a causa de la contaminación atmosférica doméstica, y «el 91% de la población mundial vive en lugares donde los niveles de contaminación atmosférica [exterior] superan los límites orientativos de la OMS».

Frente a estos problemas acuciantes, la Casa Universal de Justicia, el órgano de gobierno mundial de la Fe bahá’í, destacó en una carta de 2017:

Uno de los problemas más acuciantes de la humanidad en el siglo actual es la forma en que una población mundial creciente, en rápido desarrollo y aún no unificada puede, de manera justa, vivir en armonía con el planeta y sus recursos finitos.

Ciertas realidades biológicas se presentan cuando un organismo afecta negativamente o sobrepasa la capacidad de su ecosistema. La disponibilidad limitada y la distribución desigual de los recursos repercuten profundamente en las relaciones sociales dentro de las naciones y entre ellas de muchas maneras, hasta el punto de precipitar disturbios y guerras. [Traducción provisional de Oriana Vento]

«Los gobiernos locales y nacionales deben introducir políticas y realizar inversiones que apoyen un transporte más limpio, viviendas energéticamente eficientes, la generación de energía, la industria y una mejor gestión de los residuos municipales», escribió la Dra. Maria Neira, Directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS.

«Pero también podemos liderar el cambio a nivel comunitario e individual. Esto puede incluir el compromiso de ir al trabajo en bicicleta o en transporte público, cuando existan rutas seguras; reciclar los residuos o hacer compost; o conservar el agua y la energía en casa y en la oficina. Estrategias como las iniciativas de «pedibús» pueden animar a los niños a ir andando al colegio de forma segura, y la creación de huertos urbanos puede proporcionar tanto alimentos sanos como lugares para la interacción social y la actividad física».

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3. Seguridad económica

Bahá’u’lláh «amonestó a todos a ser los siervos de los pobres, los auxiliares de los pobres, recordar las penas de los pobres, asociarnos con ellos; porque así podremos heredar el Reino de los cielos».

Las personas que tienen seguridad financiera disponen de dinero suficiente para cubrir sus gastos y satisfacer sus necesidades sin temor a quedarse sin nada para la jubilación y posibles emergencias. La seguridad financiera incluye el acceso a la educación financiera, un empleo estable, salarios justos y protección frente a la explotación y el abuso financiero. 

La mayoría de quienes viven en la pobreza extrema son personas de color. No sólo carecen de seguridad financiera, sino que tampoco experimentan seguridad social.

4. Seguridad social

La seguridad social garantiza que las personas se sientan incluidas y respetadas en una sociedad e implica protección frente a la discriminación, la exclusión y la explotación basadas en la identidad social, como la raza, el sexo y la clase social.

Hazte esta pregunta: ¿Pueden las mujeres estar a salvo de comentarios y acciones sexistas en tu presencia? ¿Pueden las personas de color estar a salvo de microagresiones y macroagresiones raciales en tu comunidad? Podemos salvaguardar socialmente a los demás abogando por la justicia social y fomentando comunidades justas, solidarias e integradoras.

Como escribió la Casa Universal de Justicia en una carta de 2020 a los bahá’ís de Estados Unidos:

Oramos ardientemente para que el pueblo estadounidense comprenda las posibilidades de este momento para crear una reforma consecuente del orden social que lo libere de los efectos perniciosos de los prejuicios raciales y acelere la consecución de una sociedad justa, diversa y unida que pueda manifestar cada vez más la unidad de la familia humana. [Traducción provisional de Oriana Vento]

5. Seguridad espiritual

“Una de las formas de prejuicio que aflige a la humanidad es el fanatismo o intolerancia religiosa. Cuando este odio arde en los corazones humanos, se convierte en la causa de las revoluciones, la destrucción, el envilecimiento de la raza humana y la privación de la merced de Dios” dijo Abdu’l-Bahá en una charla en Colorado en 1912.

Debido a la intolerancia religiosa, cientos de millones de personas en todo el mundo carecen de seguridad espiritual. Una sociedad justa, diversa y unida permitiría a todos la libertad de expresar, explorar y practicar sus creencias espirituales o religiosas sin miedo a la persecución, la coacción y la discriminación. Podemos salvaguardar espiritualmente a los demás promoviendo la libertad religiosa y creando confraternidades y diálogos interreligiosos para mejorar el entendimiento mutuo.

6. Seguridad emocional

La seguridad emocional es crucial para fomentar la comprensión mutua, la confianza y la intimidad. Es la garantía de que uno puede expresar sus sentimientos, pensamientos y vulnerabilidades sin miedo a ser juzgado, traicionado, rechazado o ridiculizado. Esta libertad de ser auténtico, sin tener que enmascarar las propias emociones ni ponerse a la defensiva, es un aspecto vital de la salud mental.

Podemos salvaguardar emocionalmente a los demás cultivando espacios inclusivos, respetuosos, dignos de confianza y compasivos, practicando la escucha activa y empática, validando los sentimientos y las diversas experiencias de los demás para fomentar un sentimiento de seguridad y pertenencia, y aplicando estrategias de resolución de conflictos que den prioridad a la comprensión y la reconciliación.

7. Seguridad psicológica

Las personas a las que se niega la seguridad psicológica no tienen esa libertad para expresar sus puntos de vista. La seguridad psicológica implica crear un entorno en el que las personas se sientan seguras para expresar sus pensamientos, percepciones y opiniones sin temor a represalias, humillación, aislamiento o manipulación.

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Podemos salvaguardar psicológicamente a los demás mediante la creación de espacios seguros que fomenten la comunicación honesta y abierta sin el riesgo de ser sometidos a «luz de gas» o «gaslighting», juegos mentales y otras formas de abuso psicológico, un abuso que prevalece en los espacios físicos y digitales.

8. Seguridad cibernética

Como la gente pasa cada vez más tiempo en línea, la seguridad cibernética es cada vez más importante. La ciberseguridad implica proteger a las personas de amenazas en línea como el robo de identidad, el ciberacoso, el catfishing, los depredadores en línea, las violaciones de la privacidad y la exposición a contenidos nocivos e inapropiados.

Podemos salvaguardar a los demás en este sentido implementando protecciones de privacidad, utilizando herramientas de seguridad y educando a las personas sobre ciberseguridad y comportamiento en línea positivo, saludable, apropiado y seguro.

9. Seguridad médica

Por último, pero no por ello menos importante, la seguridad médica garantiza el acceso a una atención sanitaria de calidad y la protección de las personas frente a errores médicos, tratamientos inseguros y servicios sanitarios inadecuados. Esto incluye el derecho a recibir una atención médica adecuada, diagnósticos precisos y tratamientos eficaces, al tiempo que se protege de los daños y del racismo médico dentro del sistema sanitario.

Por ejemplo, según los CDC, «las mujeres negras tienen tres veces más probabilidades de morir por una causa relacionada con el embarazo que las blancas», y «más del 80% de las muertes relacionadas con el embarazo en Estados Unidos son evitables».

Al cuidar de la humanidad y salvaguardar a nuestras poblaciones más vulnerables, recordemos estos nueve tipos diferentes de seguridad. Si damos prioridad a la seguridad financiera, emocional, social, medioambiental, espiritual, psicológica, cibernética, médica y física, podremos garantizar mejor nuestro bienestar y el de los demás.