¿Qué es el Programa de Empoderamiento Espiritual para Pre-jóvenes?

Cambios hormonales y de crecimiento, presión social de sus pares y expectativas negativas de la sociedad, ¡bienvenidos a los desafíos de ser un preadolescente! Cuando miras atrás a tus años de preadolescencia, puedes recordar la sensación de que los adultos subestiman tu capacidad de hacer cambios significativos y contribuciones al mundo.

Sin embargo, los bahá’ís creen, como escribió la Casa Universal de Justicia, el órgano de gobierno mundial de la fe bahá’í, que «los jóvenes del mundo» tienen «una reserva de capacidad para transformar la sociedad esperando ser aprovechada«. Una forma en que los bahá’ís de todo el mundo sirven a sus comunidades es a través de un programa de tutoría inspirado en las enseñanzas bahá’ís para chicos de 12 a 15 años llamado Programa de Empoderamiento Espiritual para Pre-jóvenes. A través de esta tutoría, los participantes en un «grupo prejuvenil» desarrollan su capacidad para servir a sus comunidades.

El propósito del Grupo Prejuvenil

Antonio Smith, un bahá’í que vive en Memphis, Tennessee, que ha sido mentor de cinco grupos prejuveniles, dice que el propósito del grupo prejuvenil es ayudar a los adolescentes a «desarrollar una estructura moral sólida o una brújula moral sólida», ayudarles a «empezar a aprender a expresarse» y dirigir «sus energías hacia el servicio a la comunidad«.

Como escribió la Casa Universal de Justicia: «Concretamente, los cursos del instituto tienen por objeto poner al individuo en un camino en el que las cualidades y actitudes, las aptitudes y habilidades, se adquieren gradualmente a través del servicio; servicio destinado a sofocar el insistente yo, ayudando a sacar al individuo de sus confines y colocándolo en un proceso dinámico de construcción de comunidad«. [Traducción provisional].

Nasim Mansuri, una bahá’í que vive en Worcester, Massachusetts, ha sido mentora de cuatro grupos prejuveniles en los Estados Unidos y en Paraguay. Dice que el programa reconoce «su identidad como seres espirituales que tienen talentos» y «todo este asombroso potencial», y empodera a «los prejóvenes para que se hagan cargo de su futuro».

Actividades del grupo de prejóvenes

Hay muchos componentes del programa prejuvenil. Una parte es completar una serie de libros sobre varios temas que van desde cuestiones sociales y conceptos matemáticos hasta el concepto de libre albedrío y realidad espiritual. Nasim dice que cada uno de los libros presenta «una historia sobre alguien de su edad que está descubriendo nuevas verdades». El protagonista podría estar aprendiendo sobre cómo tener esperanza o esforzándose por fortalecer sus talentos para sobresalir en sus vidas. Nasim dice que los libros ayudan a los adolescentes a desarrollar su comprensión lectora, así como su pensamiento crítico y sus habilidades de escritura al hacerles reflexionar por sí mismos, y como grupo, sobre los temas y conceptos más profundos de la misma historia.

¡Pero no todo es leer y reflexionar! El programa también incorpora tiempo para practicar deportes, participar en las artes y organizar sus proyectos de servicio, de modo que puedan, como dice Nasim, «hacerse cargo de su propia comunidad».

Cada grupo decide la frecuencia y la duración de sus reuniones. Antonio dice que su grupo acordó que se reunirían tres veces a la semana. Los martes son sus «días de actividades», donde pasan el tiempo compartiendo y conociéndose y haciendo algún tipo de actividad para complementar lo que están aprendiendo. Los miércoles, participan en una actividad artística – a menudo tienen proyectos musicales y crean canciones originales. Y, los jueves, repasan el material de los libros que están discutiendo.

Cómo este grupo empodera a los prejóvenes

Los mentores asisten a una clase para aprender a trabajar con este grupo de edad, y se reúnen regularmente para reflexionar y compartir las mejores prácticas. Por encima de todo, «La relación entre un prejoven y [un mentor] es una relación de amistad», dice Wilfred Goli, un bahá’í de Jackson, Tennessee, quien ha sido tanto mentor y como participante en un grupo de prejóvenes. Dice que sigue en contacto con el mentor que tuvo hace más de diez años, y que los mentores tienen como objetivo cultivar un espacio seguro donde se puedan compartir ideas. Esta expresión y exploración de sus pensamientos es lo que empodera a los prejóvenes.

Antonio dice que estas conversaciones son revolucionarias en sí mismas porque ayudan a los adolescentes a navegar a través de los escollos de sus vidas y «no caer en la desesperación». Varios miembros de su grupo actual han experimentado un profundo trauma: el primo de uno de ellos fue asesinado en su comunidad y otro se quedó sin hogar. Los jóvenes que se quedaron sin hogar se sintieron seguros, apoyados y capacitados para compartir lo que estaba pasando cuando un personaje de un libro que estaban leyendo también se quedó sin hogar. En el grupo de Antonio, él dice que discuten «¿cómo se manifiesta la injusticia?» y «¿cómo vemos la injusticia en nuestras comunidades?» Antonio dice que cultivar un espacio en el que los jóvenes puedan decir lo que piensan y ser escuchados hace que las luchas por las que están pasando sean más manejables.

Inspirado por los escritos bahá’ís, Antonio cree que crear verdaderas amistades es una parte integral del programa. En el libro «Filosofía Divina», ‘Abdu’l-Bahá, el intérprete autorizado de los escritos bahá’ís y el hijo de Bahá’u’lláh, el profeta y fundador de la Fe bahá’í, escribió: «Crea relaciones que nada las pueda sacudir; forma una asamblea que nada pueda romper; ten una mente que nunca deje de adquirir riquezas que nada pueda destruir. Si el amor no existiera, ¿Qué quedaría de la realidad?«. [Traducción provisional].

Cada uno de estos mentores entiende que este grupo de edad tiene mucho que ofrecer, por lo que se esfuerzan por mantener relaciones con sus prejóvenes que duren mucho tiempo después de que los grupos se disuelvan. Como dice Nasim, «Es gratificante ser parte de la vida de alguien mientras se descubre a sí mismo».