Las opiniones expresadas en nuestro contenido pertenecen al autor únicamente, y no representan puntos de vista de autoridad en la Fe Bahá’í.
Hace poco asistí a una reunión devocional bahá’í junto con varios amigos de la Fe. Uno de esos amigos, un emprendedor casado con una bahá’í, calificó las actividades de enseñanza bahá’ís como de «marketing».
Puesto que soy un bahá’í que trabaja en marketing y ventas, y también soy especialista en ética, su comentario me pareció falso, lo que me hizo querer explorar la relación entre las actividades de enseñanza de los bahá’ís y el marketing comercial.
El marketing
Empecemos por definir nuestros términos, empezando por «marketing». Una definición es «el proceso de hacer que la gente se interese por tu producto».
El marketing comercial está orientado al crecimiento de las empresas. En su programa Marketing Magnético, el conocido experto en marketing Dan Kennedy subraya la importancia del marketing diciendo: «En un negocio no pasa nada hasta que alguien entra por la puerta». Un ejemplo que pone es: «No llegas a ser propietario de un restaurante hasta que alguien entra con apetito y una billetera». Por lo tanto, el marketing es indispensable en el proceso de atraer clientes a un negocio.
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Kennedy también señala que necesitamos un mensaje convincente para atraer a las personas adecuadas y hacerles decir: «Oye, ese producto o servicio es adecuado para mí». Para ello, los profesionales del marketing empiezan con una Propuesta Única de Venta («PUV») que responde a la pregunta: «¿Por qué debería hacer negocios con usted frente a cualquier otra opción disponible para mí en su categoría, incluso no hacer nada?».
Conseguir que la gente se interese por nuestro producto o servicio suele lograrse mediante procesos de marketing como:
- Investigación: Estudia el mercado y a tus clientes potenciales.
- Segmentar: Divide a tus clientes en diferentes segmentos en función de sus características.
- Estrategia: Elabora una estrategia de marketing para cada segmento al que quieras dirigirte.
- Posicionamiento: Define las características distintivas de tu producto y destácalas en tus campañas de marketing.
- Campaña: Crea y ejecuta campañas de marketing.
- Resultados: Mide el rendimiento de tus campañas de marketing.
- Ajustes: Modifica y ajusta tus campañas de marketing en función de su rendimiento.
La enseñanza de la fe bahá’í
El objetivo de la enseñanza bahá’í es simplemente compartir el mensaje bahá’í, no manipular ni «vender» a nadie. Puesto que la investigación independiente de la verdad es uno de los principios fundamentales de la fe bahá’í, las personas deben desarrollar su propia relación con Dios; y Bahá’u’lláh instruye a todos los bahá’ís a respetar la autonomía de las personas.
Esto excluye el proselitismo, definido como ejercer una presión indebida sobre alguien para que cambie sus creencias. El proselitismo también implica el uso de amenazas o el ofrecimiento de beneficios materiales como incentivo para la conversión. Shoghi Effendi, el Guardián de la fe bahá’í, instruyó a los bahá’ís para que nunca hicieran proselitismo:
Sin embargo, debe tenerse cuidado todo el tiempo, no sea que en su afán por adelantar los intereses internacionales de la Fe se frustre su propósito y ellos alejen por medio de cualquier acto que pueda ser interpretado erróneamente como un atentado a convertirlos y hacerles indebida presión, a aquéllos a quienes ellos desean atraer a su Causa.
Naturalmente, de ello se deduce que en la fe bahá’í también está prohibido el uso de tácticas de alta presión comunes a ciertos enfoques de ventas y marketing.
Por supuesto, los bahá’ís son entusiastas de las enseñanzas de Bahá’u’lláh y desean con entusiasmo compartirlas, lo que significa que la administración bahá’í democráticamente elegida organiza a menudo campañas de enseñanza diseñadas para introducir en la fe bahá’í a los buscadores espirituales interesados. Estas campañas organizadas de enseñanza bahá’í utilizan métodos sistemáticos para dar a conocer la fe a los demás, pero los bahá’ís comprenden que tales métodos, aunque útiles, son en última instancia insuficientes por sí mismos. Shoghi Effendi advirtió a los bahá’ís que:
Una cosa y solo una asegurará indefectiblemente y por sí sola el triunfo indudable de esta Causa sagrada, a saber, la medida en que nuestra propia vida interior y carácter privado reflejen en sus múltiples aspectos el esplendor de aquellos principios eternos proclamados por Bahá’u’lláh. [Traducción provisional de Oriana Vento]
Entonces, puesto que los bahá’ís no tienen clero y el proselitismo está expresamente prohibido, ¿Cómo crece la fe? Los bahá’ís creen que la palabra de Dios, tal como se expresa en los escritos bahá’ís, es suficiente para atraer las almas de los buscadores espirituales sinceros. Eso fue ciertamente cierto para mí, mientras estudiaba por primera vez la fe bahá’í, no tenía contacto humano con ningún miembro de la comunidad bahá’í. Todo lo que tenía a mi disposición eran los libros bahá’ís prestados por la biblioteca de mi universidad. Era todo lo que necesitaba para convencerme de la verdad de la revelación bahá’í.
La enseñanza de la fe bahá’í y el marketing comercial
Algunas iniciativas de enseñanza bahá’í pueden utilizar muchos de los procesos enumerados anteriormente: Se investiga, tanto formal como informalmente; se desarrollan estrategias; se crean y ejecutan campañas; y se miden los resultados. Cuando determinadas zonas o poblaciones muestran una mayor receptividad a las enseñanzas bahá’ís, se puede dar prioridad a esas zonas. Sin embargo, el público objetivo de la fe bahá’í es en realidad toda la raza humana. Bahá’u’lláh dijo:
¡Oh vosotros hijos de los hombres! El propósito fundamental que anima a la Fe de Dios y a su Religión es el de salvaguardar los intereses y promover la unidad de la raza humana, y estimular el espíritu de amor y de camaradería entre los hombres.
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Así pues, el principal punto de distinción entre la fe bahá’í y el marketing comercial es que el desarrollo de un negocio varía ampliamente de la enseñanza de la fe bahá’í en varios aspectos clave.
En primer lugar, el marketing no pone énfasis en el desarrollo de cualidades espirituales. Todavía no he descubierto ningún curso de marketing empresarial que enseñe que la garantía última del éxito de un programa de marketing depende de la vida interior y el carácter privado del vendedor.
En segundo lugar, otra característica del marketing es la necesidad de distinguir los productos o servicios de los de la competencia. La fe bahá’í enseña que todas las religiones proceden de la misma fuente divina. Puesto que Dios no compite consigo mismo, no existe competencia. Bahá’u’lláh escribió “es indudable que los pueblos del mundo de cualquier raza o religión derivan su inspiración de una sola Fuente celestial y son los súbditos de un solo Dios”.
En tercer lugar, otra desviación significativa entre el espíritu de la pregunta de marketing de Dan Kennedy y la enseñanza de la fe bahá’í es que la responsabilidad de responder a esa pregunta recae por completo en el buscador, y no en el maestro bahá’í, ya que determinar la validez de la fe bahá’í y aceptarla es un asunto que compete exclusivamente al buscador y a Dios.
En cuarto lugar, el enfoque bahá’í no considera que el aumento del número de miembros de la fe sea un «logro» por parte del maestro bahá’í. El éxito de la fe bahá’í no se basa en el éxito del maestro. El éxito de las enseñanzas bahá’ís depende enteramente de Dios, no de ningún ser humano. Sin embargo, la forma principal en que los bahá’ís individuales pueden influir positivamente en el resultado es por el grado en que viven las enseñanzas de Bahá’u’lláh, no meramente por el éxito de las ventas o las tácticas de marketing o incluso la aplicación de los planes de enseñanza.
Aunque los enfoques de marketing y de enseñanza bahá’í tienen en común el objetivo de suscitar interés y algunos elementos de proceso, sería erróneo concluir que, debido a esas características compartidas, el marketing comercial y la promoción de la fe bahá’í son esencialmente lo mismo. Por el contrario, la principal diferencia reside en la intencionalidad, en particular en los requisitos espirituales previos ausentes en la mayoría de las actividades de marketing pero indispensables en la enseñanza bahá’í.
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