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¡Feliz Navidad! – de una bahá’í

Jaellayna Palmer | Dic 25, 2016

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Jaellayna Palmer | Dic 25, 2016

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Me crie como la única niña judía de mi edad en un pequeño pueblo en Indiana, tengo toda una experiencia de vida siendo la excepción cuando llegaba la navidad.

Mi familia ni siquiera tenía el afamado arbusto de Janucá, aunque un miembro de mi familia amaba la música navideña, especialmente el álbum de Johnny Mathis. Como otras familias en la temporada, veíamos películas navideñas en la televisión o en el cine. Pero era una forma de entretenimiento, no algo en lo que “creíamos”.

Cuando la gente que no sabía que yo era judía me preguntaba acera de mis planes para la navidad, yo me ponía nerviosa averiguando qué les iba a decir. Si sólo les decía “somos judíos” eso usualmente terminaría la conversación. Pero la gente a veces se confunde sobre los judíos. Recuerdo a una compañera de clase que me preguntaba si podría tocar los cuernos en mi cabeza, explicando que su madre era peluquera y le había dicho que los judíos tenían cuernos.

Más tarde, como estudiante universitaria a finales de los 60, decidí que ya no quería seguir siendo judía. Empecé una búsqueda de lo que quería ser, en lo que realmente creía y con lo que quería asociarme. La historia de cómo descubrí la Fe Bahá’í (o podría decir cómo me descubrió a mí) es un tema para otro ensayo en otro momento, talvez. Pero en la década de los 80 decidí ser bahá’í. ¿La ironía? Una vez más sería la excepción.

A través de los años, las enseñanzas bahá’ís me han enseñado que el espíritu de la navidad es ciertamente algo para celebrar. Ahora acepto y venero a Jesucristo como un Mensajero de Dios para su día. Ser bahá’í me ha llevado muy cerca de mis hermanos y hermanas cristianas alrededor del mundo, desde que reconozco la unidad esencial de todas las religiones y la unidad de los Divinos Mensajeros quienes trajeron esas religiones a la humanidad durante sus propios tiempos en la tierra.

El sitio oficial de la Fe Bahá’í (www.bahai.org) ofrece la siguiente explicación:

A lo largo de la historia, Dios ha enviado a la humanidad una sucesión de Educadores divinos—conocidos como Manifestaciones de Dios—cuyas enseñanzas han servido de base para el avance de la civilización. Estas Manifestaciones han incluido a Abraham, Krishna, Zoroastro, Moisés, Buda, Jesús y Mahoma. El más reciente de estos Mensajeros, Bahá’u’lláh, explicó que las religiones del mundo provienen de la misma Fuente y que son, en esencia, capítulos sucesivos de una sola religión de Dios.

Cuando le preguntaron acerca de cómo las enseñanzas de Bahá’u’lláh se contrastan con las enseñanzas de Jesucristo, ‘Abdu’l-Bahá ofreció la siguiente explicación:

Las enseñanzas son las mismas. Se trata de los mismos cimientos y del mismo templo. La verdad es una y no admite división. Las enseñanzas de Jesús se hallan en una forma concentrada. Hoy día los hombres no concuerdan sobre el significado de muchos de Sus dichos. Sus enseñanzas son como el pimpollo. Hoy, ¡el pimpollo se está transformando en una flor! Bahá’u’lláh ha expandido y cumplido las enseñanzas, y las ha aplicado con pormenor al mundo entero. – ‘Abdu’l-Bahá en Londres.

Admito, sin embargo, que me canso del grado en que Norteamérica está saturada de la navidad. Desde la música en los centros comerciales, hasta los desfiles de Santa Claus, es un poco exagerado. A veces me pregunto si Cristo apreciaría el materialismo que su cumpleaños genera hoy día. Por otro lado, participo en los intercambios de regalos en mi lugar de trabajo, y me reúno con amigos para cenar, actúo como un “Santa secreto” para hacer actos aleatorios de bondad, y disfruto de otros eventos personales.

Ahora, cuando los empleados de la tienda y otros que no me conocen me preguntan si estoy lista para la navidad, simplemente les digo que no lo celebro específicamente – aunque como bahá’í honro el espíritu de la temporada. Entonces les pregunto qué están haciendo ellos. Están emocionados por contarme sobre las tradiciones de sus familias, el tamaño de su árbol de navidad, a quienes visitan, cómo intercambian regalos, qué van a comer, y las salidas especiales que están planeando. Yo sinceramente escucho, comparto su entusiasmo, y realmente les deseo bendiciones en la temporada.

Y les deseo una Feliz Navidad a USTEDES, también.

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